Mira detrás de ti. Recuerda que eres mortal. La sangre sera vengada con la sangre. Nadie está exento. Balbastro fue el primero.
"Amanece en una Buenos Aires oscura. Han degollado a un joven de la alta sociedad porteña, Manuel Balbastro y Álzaga, en plena calle, cerca del Cabildo.
El doctor del protomedicato Samuel Redhead es el encargado de hacer el reconocimiento. Ante la sospecha de encontrarse frente a un asesinato ritual con resonancias políticas, el médico investiga las conexiones entre la víctima y su entorno. Con el pasar de los días, se cometen más asesinatos y con la ayuda de su cuñado, Francisco Alvarado, deberá desentrañar los misterios y crímenes ocultos en una sociedad que tiene sus redes bien tendidas.
Los ciudadanos de Buenos Aires, en la época del Virrey Liniers y de las invasiones inglesas, son los protagonistas de este policial histórico que se adentra en las lealtades y traiciones de su propia identidad."
La literatura argentina contemporánea sigue ofreciendo exponentes dignos de exportación. Si en un principio fueron las pioneras Cristina Bajo y su saga costumbrista enfocada en la familia Osorio, y luego su coterránea Florencia Bonelli irrumpió por asalto en la novela romántica con sus apasionante novelas y se consolidó como una de las más interesantes escritoras de esta época, hay aún otros autores surgiendo de entre las sombras.
Una de ellas es Mercedes Giuffré, que con paso lento pero seguro está acaparando un espacio que parecía perdido en la literatura del género en Argentina: el policial. Y no cualquier policial, sino el de época, más concisamente el policial colonial.
Con una línea histórica impecable que data de las Invasiones Inglesas al Río de la Plata a comienzos del siglo XIX, Mercedes posiciona su relato en ese período de tiempo para contar una historia de venganza clásica con todos los momentos que una buena novela de suspenso se precie de tener. Y no sólo tenemos un asesinato entre manos, sino varios y bastante seguidos, lo cual hacen que el nivel de tensión ya alto siga creciendo en intensidad, debido a que algunos no están dispuestos a que la verdad se sepa, amén de la ineptitud policial, que no hace más que estorbar.
En donde realmente cala hondo la novela es en su protagonista, Samuel Redhead, un personaje totalmente humano, un hombre que desde su orgullo y su condescendencia para con la sociedad y los individuos que lo rodean encuentra el empuje necesario para obrar por sobre su bienestar y comprometerse a resolver una situación que tramo a tramo va cobrando tintes más oscuros y peligrosos. Un hombre que no piensa dos veces y se lanza hacia la oscuridad para cumplir su palabra.
De aspecto refinado y con un pasado realmente misterioso, el cual se va vislumbrando poco a poco con el correr del tiempo, Samuel Redhead es uno de los personajes más exquisitos de la novela policial actual.
Y no se encuentra solo. Junto a él está su hermana, Elisa, y el esposo de ésta, Francisco, que lo ayudarán en más de un aprieto a dilucidar este acertijo sangriento. Más personajes se suman a la estela de los principales, incluyendo el cortés interés amoroso para Redhead, Clara, el joven y servicial Juanito y muchos otros más, todos y cada uno de ellos trazados con características propias y muy bien delineados, por separado o en conjunto.
Y si hay que agregarle más cualidades, que mejor que una prosa gentil y detallada, en la cual la autora nos sumerge con cada aspecto de Buenos Aires colonial, con todas sus intrigas políticas y comerciales, las costumbres de antaño y, por supuesto, una sociedad en la que (casi) nada queda oculto para el resto.
Felicitaciones a Mercedes Giuffré por su increíble y amena opera prima; esperemos que su segunda entrega, 'El peso de la verdad' viva a la expectativa (y preguntas en el tintero) que nos dejó esta intrigante 'Deuda de Sangre'.
Otra incipiente autora con gran potencial en Argentina que no nos cansamos de recibir.