Hace unos días, a través del blog de María, Reeducando a mamá, me enteré de toda una historia que me ha dejado bastante afectada por la parte que me toca. Os lo intentaré ir explicando todo, porque es muy complicado...
Empezaré un poco por el principio.
Durante los años 60 y 70 ( y tal vez principio de los 80 ), se produjeron en España numerosas adopciones un tanto irregulares. Los niños adoptados eran, en algunos casos, sustraídos a sus madres biológicas con artimañas un tanto salvajes.
A diferencia de los "robos", sistemáticos e institucionalizados por parte del regimen, de los bebes de las prisioneras republicanas que se produjeron en la primera postguerra (en aras de una supuesta "purificación de la raza"), esta práctica en las decadas posteriores se basaba en motivaciones de tipo económico.
La mayoría de esas madres, eran mujeres solteras y, por tanto, consideradas como poco, unas putas a ojos de una sociedad puritana dominada por los convencionalismos sociales y la iglesia.
Si a esto le añadimos que vivíamos en una dictadura, donde muchas de las cosas escapaban de lo que hoy podríamos considerar legal, os podéis imaginar cual era el panorama.
Existía toda una red para "abastecer" a las familias pudientes con bebes recién nacidos y, muchas de ellas, tenían implicadas a religiosas, centros sanitarios, médicos,...
El "objetivo" de esos "individuos", por llamarlos de una manera fina, eran las madres solteras, las cuales, solían ser repudiadas por sus familias y obligadas a esconderse en instituciones dirigidas por monjas, donde se solía cuidar de ellas hasta el momento del parto. Durante la estancia en esos centros, las monjas, practicaban un lavado de cerebro a las futuras madres, insinuándoles que lo mejor que podían hacer era dar a sus hijos en adopción. Supongo que, la mayoría, aceptarían, pero otras, seguramente, se negaban en redondo. Pero, de todas maneras, pocas llegaban a ver a sus hijos. Directamente eran enviados con sus familias adoptivas y, a las madres biológicas, se les impedía verlos o se les decía que habían muerto.
Para que os hagáis una idea de la mala fe que movía a está gente, los bebes, solían ser inscritos en los registros del parto de la clínica, con el nombre de la madre adoptiva, cosa que, hace muy difícil saber realmente los orígenes de esos bebes.
Esto del robo de bebes, degeneró y, se pasó a robar bebes de madres casadas y llegándoles a mostrar un bebe muerto que al parecer tenían congelado para estos menesteres.
Todo esto, lo podéis ver en un reportaje que se emitió la semana pasada en TV3. Aunque hay partes en catalán, la mayoría de los testimonios son en castellano. Os lo dejo aquí para que podáis verlo. Es largo, pero merece la pena verlo.
Ya os advierto que es sobrecogedor, sobretodo porque lo vemos con ojos de madre.
Por último, tenía intención de explicaros mi experiencia personal, ya que, en cierto modo, el ver este reportaje me ha hecho darme cuenta de la suerte que he tenido. Pero, al ver lo largo que me estaba quedando, he preferido escribir otra entrada con la historia de mi madre y la mía....