En el rock and roll, bien podría decirse en la música (y siendo más amplios aún, en el vasto mundo del arte) suele darse una lógica de la no lógica (?) en la cual un artista X tiene la suerte de ser terriblemente exitoso, mientras que otro colega con cualidades similares -y en reiteradas ocasiones, incluso más competente- sufre el descrédito de la ignorancia popular. A aquellos artistas admirados por sus cófrades y por un público selecto mas no por la gran masa, se los suele reconocer y agrupar como “artistas de culto”.
El éxito y el fracaso suelen darse por diversas razones y, sabemos, hay grupos (y gentes) nacidos para ganar y otros decididamente losers: a veces suma el hype, a veces te juega en contra; podés hacerlo todo para progresar mientras que otro hace la mitad y la pega con una canción… y así podríamos continuar nuestro camino hacia el infinito de la nada misma.
Pero vamos a quedarnos con un caso puntual: Howard Devoto, ícono de la cultura punk. Bien puede afirmarse que el querido Howard... es un artistazo de culto.
Integrante de los primigenios Buzzcocks, se fue del grupo sin sentir en carne propia el éxito de su álbum debut (editado en pleno auge punk, Another music in a different kitchen llegó al puesto 15 en los charts del Reino Unido y, claro, no contaba con su presencia). Devoto decidió hacer la suya y formó Magazine, un grupo que no llegó a durar siquiera un lustro pero dejó cuatro discos que contienen los sonidos más logrados del post-punk, en especial en lo que refiere al nivel de las composiciones y el ensamble instrumental, prolijamente frío y denso.
En fin, Devoto decidió irse del grupo que él mismo había fundado y antes de la salida del último disco (Magic, murder and the weather) de la que fuera la primera etapa de Magazine, se rajó para hacer la suya. Por supuesto, fracasó como solista y con Luxuria, el proyecto que lo tuvo como cara visible entre finales de los '80 y comienzos de los '90.
Ni siquiera logró acaparar demasiada atención la conformación de un dúo con su ex compañero Pete Shelley en los comienzos de la década 00, pero...
Pero, más de treinta años después, la música le da revancha: Devoto reunió a Magazine en 2008, giró tocando aquél viejo álbum debut Real life y el público acusó recibo agotando las localidades. A fines de 2011, entonces, Magazine retornó al disco con No thyself, otra áspera y delicada representación de la oscuridad, con la voz fantasmagórica del cantor como eje y los teclados como textura predominante: Magazine es el grupo punk que más y mejor utilizó las teclas, que comparten protagonismo con las guitarras y a veces destacan incluso por sobre ellas (¡herejes!).
En fin, quería recordarlos por si alguno de ustedes todavía no se avivó: pueden ser devotos de alguien sin que les falle, y aquí se los presento si no lo conocían (están perdonados). A los que no estaban enterados de la vuelta, ya saben... No thyself es un gran disco.
Disfrútenlo.