La película ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes (2015) es un ejemplo contundente el estado de forma de Jacques Audiard, uno de los directores imprescindibles del cine actual. De alguna manera, Audiard consigue aunar el rigor, la meticulosidad del realismo -pongamos por ejemplo, de los hermanos Dardenne- y la fantasía del cine de género más popular. De género negro, policíaco, polar: más preocupado por los delincuentes -los marginados- que por los que hacen cumplir la ley.
Dheepan es una lucha constante, en cada plano, para hacer surgir la luz de los lugares más oscuros: de los cuartuchos en los que malviven los refugiados, de los callejones en los que se trapichea, de las inhóspitas calles de una gran ciudad -París- capaz de comerse a los débiles. Esa oscuridad en la película tiene que ver también con una opción estética naturalista, en la que todo ocurre en escenarios reales, con luz natural, con los ruidos propios de la calle, de la noche. Es este un film en el que no vemos a estrellas de cine maquilladas, sino rostros que solo encajan en sus papeles. Porque no tienen otros. Donde creo que Audiard se diferencia de otros directores es que consigue infiltrar la fantasía entre los pedazos de vida que conforman sus películas. Dheepan (Antonythasan Jesuthasan) intenta dormir sobre el suelo duro de una habitación en obras y aparece un elefante, poderoso símbolo de la Sri Lanka que ha dejado atrás. Esas fugas son las que alzan la película de Audiard por encima de la simple crónica de un drama humano que podríamos leer -lo hacemos cada día- en los periódicos.
Audiard elige un tema real, social, político, humano -el de los refugiados de la guerra- y nos muestra detalladamente el drama de los que han tenido que dejar atrás sus hogares. De lo difícil que es comenzar de cero en un país que no quiere compartir sus bondades. Pero Audiard utiliza ese realismo como un punto de partida para acabar en cine negro, en un estallido de violencia que es también una característica recurrente en su obra. Dheepan ha intentado escapar de la sangre, de la muerte, pero la realidad es que donde vaya encontrará todo eso: porque donde hay hombres, habrá guerra. Y Dheepan la lleva dentro. Más pertinente imposible.