Buenas tardes a todos, hoy empiezo un programa individual como parte de 1 proceso de introspección buscando un equilibrio Holistico.
Para ello les comparto esta reflexión -que a mi en lo particular me conforto- buscando que cada uno de uds. amables lectores encuentren en ella su propia enseñanza!
Una vez, un joven estudió
violín con un maestro de
renombre mundial, trabajó arduo
durante varios años para
perfeccionar su talento y al fin llegó el
día cuando se le pidió
que diera su primer importante recital
en público en la gran
ciudad donde vivían ambos -él y su
maestro-.
Luego de cada selección que él
presentaba con gran habilidad y
pasión, el violinista parecía receloso ante
los grandes aplausos
que recibía, aun sabiendo que aquellos
en la audiencia eran astutos
en la música y no dados a aplaudir
presentación alguna que no fuera
de calidad superior.
El joven actuaba
como si no pudiera escuchar
el aprecio que era derramado sobre él, en el cierre del último número, los aplausos fueron estruendosos y
se escucharon numerosos bravos; no
obstante, el talentoso joven
violinista tenía sus ojos fijos en un solo
lugar.
Al fin, cuando
un anciano en la primera fila del balcón
sonrió y asintió con su
cabeza en señal de aprobación, el joven
se calmó y brilló con
alivio y gozo.
¡Su maestro había alabado su trabajo!
Los aplausos de miles no
significaron nada hasta que él ganó la
aprobación del maestro.
¿A quién intentas agradar hoy? Nunca
podrás agradar a todos, pero
sí a aquel que es más importante, tu
Padre Jehová Dios; mantén tus ojos
en él y no fracasarás!
Gálatas 1:10
¿Busco ahora el favor de los hombres o
el de Dios?
Fuente: EL libro
devocionario de Dios
, Editorial
Unilit.
Psic. HUGO HERCI