Compramos las entradas a la Cisterna de Yerebatan (10TL - 4€) y nos disponemos a visitar la más grande de las múltiples cisternas existentes en Estambul.Construida por Justiniano (527-565) para almacenar el agua que abastecía al Gran Palacio y el resto de edificios situados en la Primera Colina de la ciudad. Después de la conquista otomana, su agua se utilizó para regar los jardines del Palacio de Topkapi.Las cúpulas de ladrillo del techo se sustentan sobre 336 columnas de 8 metros de altura, dispuestas en 12 filas de 28; casi todas las columnas tenían capiteles corintios del siglo V.
En el extremo izquierdo más alejado de la entrada podemos ver dos columnas apoyadas sobre pedestales que representan dos cabezas de Medusa, figura mitológica griega.
Al finalizar la visita os harán salir por la librería que se encuentra en la animada plaza de Santa Sofía donde tendréis que esquivar a montones de turistas, guías y vendedores ambulantes hasta llegar a la impresionante Mezquita Azul.
La entrada a la Mezquita Azul es gratuita, a la salida encontraréis una taquilla para realizar donativos destinados a la conservación del patrimonio, a nosotros nos sorprendió que nos dieron un ticket por el importe que habíamos aportado. Para acceder es necesario descalzarse y cubrirse piernas, hombros y cabeza en el caso de las mujeres.
La hermosa Mezquita Azul se eleva justo enfrente de Santa Sofía; lo primero que nos impresiona al verla son sus dimensiones y su silueta, construida a base de cúpulas, semicúpulas, torres y sus característicos 6 minaretes. Fundada por Ahmet I entre 1609 y 1616, creó una gran controversia por contar con seis minaretes, lo que se consideró una gran profanación a la Mezquita de la Meca, la única que hasta aquella época contaba con ese número de minaretes. El sultán resolvió el problema financiando la construcción de un séptimo minarete para la Meca.Un gran patio sirve de acceso a la mezquita, rodeado por veintiséis columnas que forman un pórtico de treinta pequeñas cúpulas.
En el medio del patio se encuentra la fuente de las abluciones que en la actualidad sólo tiene fines decorativos, ya que, las abluciones se realizan en los muros exteriores del patio.
La primera impresión del interior de la mezquita te deja sin palabras. La cúpula de 43 metros de altura, flanqueada por cuatro semicúpulas completamente decoradas con preciosos arabescos. La luz penetra a través de las 260 ventanas decoradas con vidrieras de colores. Todas las paredes del interior están revestidas con más de 200.000 azulejos, en su mayoría en tonos azules.
Desgraciadamente, una valla impide que podamos visitar toda la mezquita. La zona queda restringida para que los hombres puedan rezar de cara al mihrab, placa de mármol flanqueada por dos candelabros situada en todas las mezquitas en dirección a la Meca.
Después de observar todos los detalles de esta maravillosa obra de arte decidimos seguir con nuestras visitas por la ciudad.
Nada más salir de la Mezquita Azul nos encontramos con la zona del Hipódromo. Pocos restos se conservan del antiguo Hipódromo Bizantino, centro neurálgico, deportivo e incluso político de Constantinopla. Actualmente se conoce como la Plaza de los Caballos y podemos ver tres de las columnas con las que Constantino adornó la línea central del estadio.
Parte del obelisco egipcio, ya que lo que podemos ver es la tercera parte del original de 60 metros de altura que se levanta a las afueras de Luxor; conmemora las campañas del faraón Tutmosis III (1549-1503 a.C).
La columna serpentina, trasladada desde el Templo de Apolo de Delfos, donde se levantó en el año 479 a.C para conmemorar la victoria de los griegos sobre los persas en la batalla de Platea. El aspecto original nada tiene que ver con el que podemos ver nosotros en la actualidad; tenía una altura de 8 metros, representando tres serpientes de bronce enroscadas cuyas cabezas sostenían un trípode y un jarrón de oro. Sólo se conserva una cabeza que la podéis ver si decidís visitar el Museo Arqueológico de Estambul.
La columna de Constantino, su valor se limita a su antigüedad; sus orígenes son inciertos, pero, una inscripción en su base indica que en tiempos de Constantino ya estaba en mal estado y fue éste quien la mandó restaurar.
Más allá de los majestuosos palacios, sus impresionantes mezquitas o sus restos del pasado, el verdadero embrujo de Estambul se encuentra en el ambiente, paseando por sus calles... Sus estrechas y empedradas callejuelas están llenas de historia, es una ciudad que invita a dar largos paseos perdiéndote por todos sus rincones!
Seguimos callejeando hasta llegar a Küçük Ayasofya Camii, más conocida como Pequeña Santa Sofía, uno de los legados más bellos del Imperio Bizantino.
Un señor nos indica que no hay problema en visitarla, pero, que en diez minutos empezará el rezo. Construida como iglesia bizantina en el año 527 fue transforma en mezquita por el Jefe de los Eunucos Blancos. En un principio se la conocía como iglesia de San Sergio y San Baco, dos soldados romanos convertidos al cristianismo y, por ello, martirizados.
Al entrar nos llama la atención su llamativa bóveda, está dividida en 16 secciones ( 8 planas y 8 cóncavas) que le dan un curioso efecto ondulatorio. Subimos a la parte de arriba donde nos podemos sentar y observarlo todo con tranquilidad.
En una de las esquinas vemos que lo tienen todo preparado para el momento de la oración, así que damos por finaliza la visita.
Nada más salir empezamos a oír la llamada a la oración y bastantes hombres salen de los portales de sus casas para dirigirse hacía las mezquitas. Nosotros seguimos paseando por sus empinadas calles hasta llegar a la animada calle Divan Yolu Caddesi donde paramos a tomarnos un te y Mateo se decide a probar un café turco que le va a mantener bien despierto durante todo el día!!! (5TL-2€).
Divan Yolu Caddesi nace a los pies de Santa Sofía y es fácil reconocerla por los raíles del tranvía que la recorre; esta vía fue diseñada por los romanos para comunicar la ciudad con las vías que se dirigían hacia Occidente.
Toda la avenida está llena de agencias de viajes, restaurantes, pastelerías, tiendas...
En la misma avenida encontraréis el Mausoleo del sultán Mahmut II, construido en 1838 al pomposo estilo Imperio. Junto al sultán descansan su hijo y su nieto, los sultanes Abdül Aziz y Abül Hamid II. En el interior se respira un ambiente de mucho respeto, nos sorprende que los más pequeños entran en grupo para rezar tanto en los mausoleos como en las mezquitas. Para acceder tendréis que quitaros los zapatos y las mujeres cubrirse la cabeza.
No hemos parado desde que hemos salido esta mañana del hotel y nuestros estómagos empiezan a reclamar comida, hoy vamos a probar el restaurante La Casa de la Medusa muy recomendado en las guías de viaje y los foros de opinión; es muy sencillo de encontrar porque está al lado de la Cisterna de Yerebatan.
El restaurante es muy bonito, tiene una amplia carta donde elegir, el ambiente es muy acogedor y el servicio ha sido excelente. Nos hemos pedido un par de especialidades de la casa y os puedo asegurar que la musaka está increíble!
No hay duda que cuando volvamos a Estambul disfrutaremos de otra comida en la terraza de La Casa de la Medusa con vistas a Santa Sofía!!! (68TL-28€).
Esta tarde nos vamos al corazón de Eminönü, seguimos la línea del tranvía por la calle Alendar Caddesi. Hay mucho ambiente, las calles están llenas de aficionados de los dos grandes equipos de la ciudad, en unas horas se enfrentarán en el partido de fútbol Galatasaray contra Besiktas.Eminönü es una de las zonas más concurridas y ruidosas de la ciudad. Los gritos de los vendedores colocados delante del Bazar de las Especies y la Mezquita Nueva se mezclan con los innumerables claxon de los coches que se ven atrapados en los atascos que se forman para cruzar el puente de Gálata y con las sirenas de vapor de los ferrys que continuamente parten del puerto Eminönü.
Antes de que nos cierren entramos en Yeni Camii, conocida como la Mezquita Nueva.
Al pie del puente de Gálata se alza una enorme mole con bastante encanto gracias a cascada de cúpulas y semicúpulas. Se trata de la última mezquita imperial de Estambul construida durante la época clásica otomana. Para acceder al patio hemos de subir tres escalinatas repletas de palomas. En el centro del patio podemos ver la fuente de las abluciones y está completamente rodeado columnas y bóvedas.
El interior de la mezquita está toda decorada con versículos del Corán.
Vamos a dar por finalizas las visitas culturales por el día de hoy y vamos a adentrarnos en uno de los famosos bazares de Estambul. Al lado de la Mezquita Nueva se encuentra el Bazar Egipcio más conocido por todos como el Bazar de las Especies.
Debe su nombre a que durante algún tiempo disfrutó de derechos de aduana en su comercio con El Cairo. Durante los primeros años de su fundación, los genoveses y venecianos que vivían en el barrio lo destinaron al comercio de especies y perfumes.
Una vez cruzas la gran puerta te ves inmerso en un mundo de colores, olores, sabores... Es el lugar ideal para pasar una buena tarde disfrutando del arte del regateo y las compras!
Si decidís visitar el Bazar de las Especies os recomendamos tomarlo con mucha calma, aquí podéis encontrar desde numerosos tipos de tes, gran variedad de especies y frutos secos, irresistibles dulces turcos, conocidos souvenirs... Nosotros hemos pasado un rato muy agradable y varias compras se vienen con nosotros para España, sin renunciar a unos dulces que están increíblemente buenos!!!!
Cuando salimos del Bazar de las Especies ha anochecido completamente en Estambul y el frío se vuelve bastante intenso, así que, decidimos volver paseando hasta nuestro hotel para descansar un rato.
El lugar escogido para nuestra cena es el restaurante Amedros, según hemos leído en varios foros y nos han confirmado los camareros, si pensáis pasar una velada en este restaurante será mejor hacer una reserva previa porque es muy conocido en la ciudad y su salón y terraza acostumbran a estar completos.
En Amedros cuidan hasta el último detalle, el servicio, la presentación de los platos, el ambiente muy acogedor... hacen que la cena se convierta en un momento muy agradable y disfrutemos de la gastronomía turca con mucha tranquilidad.
Las raciones son muy abundantes, así que, os recomendamos pedir un único plato por persona; nosotros hemos pedido un entrante y dos platos principales y nos ha sido imposible terminar toda la comida... Por 80TL (33€) hemos disfrutado de una agradable cena !!
Para terminar el día vamos a un pub irlandés donde sabemos que podemos ver el partido F.C. Barcelona - Atlético de Madrid; resulta gracioso estar a bastantes kilómetros de casa y ver ganar a tu equipo...De vuelta al hotel no podemos resistirnos a tomar algunas fotografías de Santa Sofía y la Mezquita Azul, si de día son espectaculares cuando llega la noche y las calles de Sultanahmet se quedan vacías de turistas y la calma reina en sus calles cobran una belleza difícil de superar!!!
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