Hoy combinaremos naturaleza con asfalto: relojes de cuco, caminata por Selva Negra y Friburgo, la capital de la Selva Negra, serán nuestros paradas aventureras para esta jornada.Después de cargar las pilas con un buen desayuno casero empezamos la ruta que nos llevará hasta Schonach, donde se encuentra el reloj de cuco más grande del mundo.A pocos metros del hotel ya podemos disfrutar del paisaje de la Selva Negra que nos acompaña durante todas las rutas. Los rayos de sol penetrando a través de los árboles convierten el momento en todo un espectáculo de luces y colores al dar diferentes tonalidades a los frondosos bosques de avetos.Sin lugar a dudas, los paisajes de la Selva Negra son encantadores, árboles, lagos, pequeños pueblos con sus típicas casas de madera... Bordeamos el famoso Lago Titisee y nos parece espectacular, sus aguas sirven de espejo para el precioso entorno que le rodea. Dejaremos la visita para otro día que tengamos más tiempo de disfrutar de este conocido lugar!
La ruta turística más reciente en la Selva Negra considerada como la más atractiva de las rutas alemanas de vacaciones es conocida como la Ruta Alemana de los Relojes. Inaugurada en 1992, es un circuito de 320km que se extiende por las rutas de los hermosos valles de esta región de Alemania. A lo largo de la ruta hay 30 etapas donde se pueden encontrar fábricas tradicionales, talleres de relojeros, museos y preciosos relojes de cuco. Nosotros pararemos en Schonach por dos motivos. En primer lugar en este pequeño pueblo se encuentra el reloj de cuco más grande del mundo y en segundo lugar porque desde aquí parte una sencilla, pero, preciosa ruta de senderismo.
El reloj de cuco de Schonach, con sus 3 metros de ancho y 3 metros de largo, más que en reloj parece una casa! Podemos contemplar su maquinaria, ojear los relojes que hay a la venta en las tiendas de la zona y esperar en los jardines a la salida del cuco que se da cada media hora.
Una vez que hemos visto salir el cuco, es el momento de empezar nuestra ruta de caminar. Frente a la tienda de souvenirs del famoso reloj, vemos el bonito hotel desde donde parte la romántica caminata de la Garganta de Rabean!
Que nadie se asuste, el cerdito se quedará esperándonos a nuestra llegada!! La ruta de los molinos de la Selva Negra, está perfectamente señalizada y no tiene pérdida, nosotros llegaremos hasta el famoso molino de agua y desde allí volveremos por el mismo camino para seguir con las visitas previstas para hoy. A la salida se encuentra el Viaducto de Rabean por donde cruza el ferrocarril del Valle Infernal.
Se puede emplear menos tiempo en realizar la ruta, pero, hemos preferido relajarnos, hacerla a un ritmo bajo donde todos podemos disfrutar de la naturaleza, el relax y el silencio que nos rodea.
Durante todo el recorrido nos encontramos con vegetación espesa, riachuelos, cascadas, puente de madera que te permiten pasar de un lado al otro... acompañados del piar de los pájaros y el ruido que hacen nuestros zapatos al pisar sobre el frondoso bosque. Vamos un espectáculo de la naturaleza!!
Después de una buena caminata llegamos al molino de agua, donde su estructura de madera destaca en medio del bosque dando la sensación de estar en un lugar de cuento.
Nos sentamos un rato y cada uno va marcando su ritmo de bajada. Mientras unos deciden seguir explorando el bosque otros optamos por bajar con calma dedicando mucho tiempo a fotografiar otros rincones que habían pasado desapercibidos en la subida.
Hay momentos en los viajes que son difíciles de olvidar, puedo asegurar que éste espero recordarlo para siempre!
Que mejor manera de reponer fuerzas que con una buenas cervezas bien frías para seguir con la ruta!!!
Ponemos rumbo a Friburgo, la capital de la Selva Negra, pero, hasta llegar el paisaje nos tiene guardado una de las estampas más impresionantes de la zona.Nos adentramos en el Valle Infernal, con sus escarpadas paredes de roca con una altura de 600 metros que conforme avanzamos la niebla se va haciendo más intensa y el camino se va estrechando hasta el punto en el que resulta complicado pasar dos coches a la vez.
Friburgo, con sus 221.400 habitantes, es una de las ciudades más bonitas de Alemania. Cuando la visitas, enseguida te das cuenta que se trata de una fascinante ciudad universitaria con ambiente juvenil, tranvías que atraviesan el centro histórico y sus plazas y parques donde el descanso está asegurado.
Es una ciudad de cuento, con un ambiente tranquilo, calles adoquinadas, edificios que conservan los detalles de antaño, terrazas donde tomarte una buena cerveza amenizado con la música de los artistas que inundan sus calles. Es una de esas ciudades que te invitan a dejar el plano y la guía de viajes en la mochila y dejarte llevar por los sentidos!
Münsterplatz, es la plaza más importante de la ciudad. En ella se erige la magnífica catedral de Friburgo, el templo es de estilo gótico y fue construida en el siglo XIV, donde destaca la torre de 116 metros con la punta piramidal. Nos hemos tenido que conformar con verla por fuera porque están en hora de rezo y están prohibidas la visitas turísticas, aunque ya sabemos que hay gente para todo...
La plaza está muy ambientada con el ir y venir de turistas y locales que aprovechan para realizar las compras en los puestos del mercado.
Si decidís ir a Friburgo no os podéis ir sin pasear por la calle de los enamorados, un rincón de la ciudad del que no querréis iros!!
Si queréis disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad sin gastar un solo euro, sólo tendréis que caminar hasta el parque mirador que se encuentra al lado de la calle de los enamorados. La subida se hace un poco dura y más después de comer, pero, una vez arriba el esfuerzo habrá merecido la pena!
Friburgo me ha gustado mucho, que pena no disponer de más tiempo para disfrutarla mucho más...
Volvemos a la zona peatonal del centro histórico y nos damos cuenta que en las entradas a los establecimientos están dibujados con los propios adoquines el oficio que en el interior se desarrolla.
Pero, si hay algo que caracteriza a la ciudad de Friburgo con los Bächle, más conocidos como riachuelos de calle. Al principio los habían previsto como abastecimiento de agua industrial, ayuda a la extinción de posibles incendios en la ciudad y canales de evacuación de aguas sucias. Hoy en día, aportan al casco viejo de la ciudad un clima agradable y zona de juegos de niños y adultos.
Los pequeños se divierten dejando llevar sus barcos por las corrientes de los bächle, podemos encontrar a niños jugando y también, barquitos "aparcados" en las puertas de sus casas.
La tradición dice que si metes en los pies en un Bächle, no será la última vez que estés en Friburgo; asi que VOLVEREMOS!!!!
Todavía nos quedan unos cuantos kilómetros para llegar al hotel. Hoy no hemos parado en todo el día y nuestras piernas nos piden un poco de descanso, así que, seguimos con la tradición de quedada en la habitación con terraza y mientras disfrutamos de unas cervezas recordamos los buenos momentos que nos está dejando este viaje. Dentro de unas horas seguiremos con nuestras aventuras por las cascadas más grandes de Europa.... Hasta entonces, buenas noches familia!!
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