¡¡Por fin!! Mira que hace días que se estrenó Interstellar en el cine... pues yo por unas cosas o por otras no la había ido a ver todavía, y aunque el debate de si al final esta película era buena o era mala ya está más o menos muerto, yo vengo dispuesta a revivirlo.
¿Por qué? Porque a mí me ha gustado Interstellar. Es verdad que con Nolan no soy 100% objetiva porque a mí este señor me gusta tanto que la mierda que haga para mí va a ser menos mierda, pero por favor, que nadie se atreva a calificar esta película de mierda, porque menudo loco sería.
Puedo entender, y no pediré explicaciones, que a una persona (o a varias, o a todas) no le haya gustado, porque el gusto es así de caprichoso y ya saben ustedes que para gustos los colores. Hay cosas maravillosas que a unos gustan y a otros no y hay cosas bastante mediocres que a unos gustan y a otros no. La vida es así y yo no voy a luchar contra eso.
Pero queridos lectores, Interstellar no es una película mediocre. Ya se sale de la mediocridad con su planteamiento, que si bien la película en sí no es lo más original que nos ha podido pasar (nos recuerda a 2001, nos recuerda a Star Wars, nos recuerda a Señales, nos recuerda a Contact), toda la miga que tiene por detrás es lo más de lo más. Y no hace falta ni creérselo ni entenderlo. Que desde cuando se juzgan las obras de ficción por si se ajustan a la verdad o no, que entonces volveríamos a tener el mismo debate (de mierda) que tuvimos tras el éxito de El Código da Vinci.
Si El Código da Vinci era una ficción que nos moríamos por creer pero muy mal realizada, Interstellar es más bien todo lo contrario. No nos apetece pensar que el mundo se vaya a acabar, pero vamos a jugar a imaginárnoslo. Y mejor todavía, porque a Nolan se le ha ocurrido que vamos a ser lo suficientemente inteligentes como para, al menos, intentar sobrevivir.
Que llevábamos ya años y años de películas apocalípticas en las que no teníamos a dónde agarrarnos y el futuro era más incierto que la virginidad de una gitana. Que ya era hora de que alguien nos trajera, de nuevo, una nueva esperanza. Que es verdad que, para ser Nolan, el guión no es tan perfecto ni está tan bien cerrado como otras veces. Pero que qué más da, que yo he disfrutado muchísimo viéndola. Que copón de película, y punto.
Nota al pie: Como habréis podido notar, no he hecho mención ninguna a la presencia de Matthew McCaramierda en esta película. Me reservo la opinión.