Revista Viajes

Día 3: sigulda – p.n. del gauja

Por Trotaburgos @trotaburgos

 

Debemos tener una maldición. Viaje tras viaje nos damos cuenta de que cada vez que lo programamos y hay un momento que nos hace falta el buen tiempo, porque toca ver naturaleza, llueve. Es una tradición que nos acompaña desde siempre. Salvo en contadas ocasiones, se va repitiendo como el movimiento de un martillo pilón.

El día había comenzado bien, quizá un poco gris, pero sin lluvia.

El plan era sencillo, después de estos días atrás de tanto ajetreo y movimiento con coche decidimos tomarnos esta jornada como de descanso. Visitar Cesis y su castillo, recorrer las carreteras que atraviesan el Parque Nacional, ir hasta Ligatne para ver el bunker y la fábrica de papel… ¡Vamos!, una jornada de relax y disfrute.

No haciendo falta madrugar mucho porque todo está muy cerca, nos hacemos un poco los remolones para levantarnos. Llegamos a Cesis a eso de las nueve de la mañana y nos damos un paseo por el casco urbano que tanto destaca la Lonely Planet. Cuando uno lee la descripción de la localidad en la guía puede pensar que viene al pueblo de Heidi, pero dista bastante de serlo. Obviamente, desde nuestro punto de vista.

FLORES EN LA PLAZA CESIS

FLORES EN LA PLAZA CESIS

PARQUE DEL CASTILLO CESIS

PARQUE DEL CASTILLO CESIS

Llegar al castillo no tiene pérdida, está bien indicado. Leemos los horarios de apertura, ya que aquí también está la oficina de turismo. Abren a las 10:00 y nos queda todavía media hora. Seguimos nuestro paseo por la zona del lago que invita a relajarse. El entorno es precioso.
Cumplida la hora vamos a por nuestras entradas al castillo, que es conocido por dejarte un candil con una vela para recorrerlo. Una vez que lo coges, uno parece Igor –el mayordomo del Dr. Frankenstein-. La experiencia no tiene más, pero lo hace divertido. Nunca nos habían ofrecido este tipo de visita. El formato de entrada lo tienes con visita combinada o sencilla. La combinada incluye ver el castillo nuevo –donde está el museo del castillo- y el viejo. Nosotros nos decidimos por el castillo viejo, la entrada son 3 €. Si quieres folleto con el plano del edificio tienes que pagarlo -30 céntimos-.

PLANO DEL CASTILLO DE CESIS

PLANO DEL CASTILLO DE CESIS

TORRE CASTILLO DE CESIS

TORRE CASTILLO DE CESIS

ENTRADA CASILLO DE CESIS

ENTRADA CASILLO DE CESIS

La visita te guía por la antigua fortaleza fundada en 1.209 por los caballeros portaespadas. Aunque está bastante deteriorado, mantienen dos estructuras bastante completas que enriquecen mucho la visita. Se permite la subida a la torre norte donde vas recorriendo diferentes niveles hasta alcanzar el tejado que la cubre. Por último la mazmorra que te deja bajar por un acceso muy curioso –a través de una simple escalera vertical- a una de las celdas.

CASTILLO DE CESIS

CASTILLO DE CESIS

MASCOTA DEL CASTILLO DE CESIS

MASCOTA DEL CASTILLO DE CESIS

MI PRIMO Y SU AMIGA EN CESIS

MI PRIMO Y SU AMIGA EN CESIS

Nuestro punto de vista está ahora en Ligatne. Tenemos dos lugares de interés que queremos conocer: El bunker soviético y la fábrica de papel –también de uso soviético-. En la oficina de turismo de Cesis nos han dicho que creen que no nos dejarán visitar ninguna de las dos cosas porque hay que hacer reserva anticipada. Nosotros probamos y si hay suerte…….

Para ir hacia Ligatne elegimos la opción de buscar una carretera de interior que permita hacernos una idea de lo que es el parque. Desde la A20 existe una pista –nos recuerda a las carreteras de ripio de Argentina- que une Cesis con Ligatne pasando por Karji. El bunker está antes de llegar a Ligatne.

CARRETERA HACIA LIGATNE

CARRETERA HACIA LIGATNE

CARRETERA HACIA RAKSTI

CARRETERA HACIA RAKSTI

Está señalizado de una manera un tanto extraña, quizá la palabra sea escaso. Hay un cartel a pié de carretera que parece indicar un centro de recuperación del parque o algo así. En uno de los apartados pone “Bunkur” lo que se supone es el espacio que estamos buscando. Al llegar al parking parece que nos hemos equivocado y buscamos donde está el acceso o donde preguntar. Accedemos al edificio y vemos un chico solo frente a un ordenador. Ante nuestra pregunta de si estamos en el bunker soviético nos responde que sí. A la siguiente que es la importante: “¿podemos visitarlo?” ya nos contesta una chica, que tras un giro de cabeza y lanzar una mirada cómplice a su compañero y tras el asentimiento por parte de éste, nos dice que sí, son 10 €.

Esperamos nuestro turno para la visita guiada en inglés y tenemos el privilegio de estar solos con el guía, un lujo sin duda. El edificio se construyó como un espacio de retiro para ciudadanos soviéticos en la década de 1960, denominado “La Pensión”. Era una de las guaridas estratégicas más importantes ante una posible amenaza nuclear. La ubicación del búnker era tan secreta que siguió siendo información clasificada hasta el 2003.

PLANO DEL BUNKER

PLANO DEL BUNKER

El acceso se hace desde la zona de la cafetería, por una puerta que disimula bastante lo que hay al otro lado. No es grande, ni llamativa es simplemente una puerta que disimula mucho lo que sucedía al otro lado. Lógico por otra parte. Durante el recorrido piensas que se incorporarán los trabajadores en cualquier momento. Las instalaciones estaban preparadas para poder sobrevivir dentro durante un ataque nuclear. Equipos de generación de oxigeno, de radiocomunicación y telefonía –teléfono rojo incluido-, purificadores de agua y máscaras de gas. Sala de logística, de planos y posiciones estratégicas. En algunas salas y algunos elementos todavía está prohibido fotografiarlos.

El detalle ha sido al llegar a la cocina. El guía nos ofrece un plato típicamente ruso, es pasta con carne y un tipo de zumo que nos sabe a las piruletas que comíamos de pequeños. Nos lo ofrece una señora que transmite mucha bondad. Lo genial ha sido vernos allí, con ese alicatado, con esa decoración, con esa cartelería de época, con esos muebles…… un gran momento, sin duda.

SALA DE COMUNOICACIONES DEL BÚNKER

SALA DE COMUNICACIONES DEL BÚNKER

SALA DE PLANOS

SALA DE PLANOS

Tras la prueba de colocación de las máscaras de gas termina una visita que nos ha sorprendido y llamado la atención. Damos las gracias al guía y continuamos hacia Ligatne para acercarnos a la fábrica de papel. En esta ocasión no tenemos tanta suerte y está cerrada. Esta vez sí, las reservas son imprescindibles porque la fábrica está en funcionamiento y el fin de semana está cerrada.
Siendo la hora de comer nos acercamos al lago de Ligatne, donde bajo la lluvia que nos acompaña durante todo el día comemos tranquilamente. Visto lo visto y que esto no mejora volvemos hacia el hotel a descansar y relajarnos un poco.

La cena la hacemos en una pizzería que está en el mismo local al que fuéramos ayer a cenar. Como pertenece a la misma cadena y ofrecen un descuento, preguntamos. Esta vez nos dice que el 20% sólo se hace en el otro restaurante no en la pizzería. Hemos cenado muy bien e independientemente del descuento o no, merece la pena.


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