Puravida con un banano
Empezamos la jornada deshaciendo lo que hicimos hace dos días: en bote desde el Pachira lodge al embarcadero de la Pavona, luego autocar al restaurante el Ceibo y allí un flamante Hyundai 4x4 con las llaves de lo que podríamos llamar a nuestro aire (anda, parece un juego de palabras con nuestra agencia local que es Asuaire). Y ya, con coche (y sin maleta, sí, sí la maleta que no llegó a San José tampoco ha llegado a Tortuguero) nos vamos camino a Cahuita, nuestro próximo destino. Pasamos por pueblos y pueblitos y nos encontramos en la carretera todo lo imaginable: gente caminando, algún que otro ciclista en contra dirección, animales que cruzan la calzada a su ritmo, grupos de gente sentada en el borde, en general una buena colección de peligros que hemos sorteado éxitosamente.Historia de Cahuita
Y aparece Cahuita territorio de reggae, surf y algún que otro porro. La ciudad, es un calle principal llena de sodas (bar-restaurante local), restaurantes y supermercados regentados por chinos que te cobran cualquier cosa a precio de oro. El calor y la humedad no nos han abandonado y la ciudad, a media tarde (16h) parece un poco dormida. Localizamos Cahuita Tours la empresa con la que al día siguiente hemos previsto practicar snorkel, caminata y almuerzo. Conocemos a Vladimir con quien nos hemos enviado unos cuantos correos y nos dice que adiós al snorkeling, que el mar está removido desde hace semanas y que en el arrecife además de ser peligroso no se ve nada de nada. Oooooh, nos quedamos sin nadar entre peces de colores! A cambio nos propone un recorrido a tres bandas en territorio bribri: granja de iguanas, chocolate y plantas medicinales para acabar en remojo en una catarata. Nos parece una buena opción y más si quien la propone es Toni Moura, un viejo amigo de dos profesores de INEFC que durante unos años tuvieron casa en Cahuita.El Kenaki Lodge regentado por Marie
Sólo nos queda encontrar Kenaki Lodge, instalarnos e ir a buscar la cena. Bonito lugar el hotel, tras disfrutar de un caminito lleno, lleno de agujeros, eso sí al borde de un mar del Caribe que ruge e invita poco al baño. Fin del día con cena en el Coco's bar servidos por Ricardo, expresión vivita y coleando del puravida más auténtico (no hay postre, no hay café y?) amenizados por un trío de música en directo. Bienvenidos al Caribe caribeño con toques jamaicanos!!!!