Nuestro cuarto día en Nueva York empezó sin despertador. Ese día no había prisas, ya que a las 11.00 h habíamos quedado para hablar por el Skype con la familia (bendita wifi!).
Era el día perfecto para que Luismi por fin pudiese desayunar el típico desayuno americano. En los días previos habíamos visto cerca de nuestro hotel un local que los servía, el Jimmy´s, en la 6ª Avenida, casi enfrente de Macy´s. (podéis leer una pequeña reseña en nuestro blog de cocina, Las larpeiradas de Artabria). Después de desayunar como unos marqueses nos volvimos al hotel para contactar con la familia y al terminar volvimos al Macy´s para ver que se cocía por estos afamados almacenes (El Corte inglés yanki)
Tras no comprar nada (mejor, nos ahorrábamos volver por segunda vez al hotel) emprendimos nuestra ruta del día. La primera parada fue la magnífica New York Public Library (en la 5ª con la 42). Hay visitas guiadas gratis, pero nosotros no sabíamos a qué hora y llegamos justo cuando había empezado una, por lo que decidimos deambular plano en mano por sus plantas y estancias. El edificio es de mármol y se caracteriza por dos grandes leones en la entrada. Se terminó en 1911.
Al salir de allí ya empezamos ver el maravilloso edificio Chrysler (405 de Lexington Avenue con la 42), pero antes teníamos otra parada obligada en la Grand Central Terminal (en la 42 con Park Avenue), escenario de muchísimas películas, pero a mi la que me viene últimamente a la mente es Madagascar, cuando Álex el león tiene su encontronazo con la "adorable" abuela (se nota que tengo sobris pequeños). Se terminó en 1913 y es de estillo Bellas Artes como su vecina la Biblioteca). Una vez dentro vimos el famoso reloj en el mostrador central, le pirateamos la wifi a la tienda de Apple desde un Android y nos fuimos a la galería de los susurros, desde la cual, uno en cada esquina nos susurramos y lo oíamos a la perfección. Esta característica es compartida también por el Oyster, un restaurante que se encuentra allí mismo, así que si queréis invitar a vuestra pareja a una cena romántica y decirle cosas bonitas, quizás no sea el lugar más apropiado.
Después de esta segunda visita, pasamos por el Chrysler, ahora sí, y entramos en su vestíbulo, restaurado en 1978 y decorado por mármoles y granitos de diversos puntos del planeta. Se terminó en 1930 y fue el edificio más alto del mundo durante 1 año, el tiempo que tardó en superarle el Empire State.
En este punto, añadimos la primera visita no programada del día, las Naciones Unidas, aunque creo que podríamos habérnosla saltado sin problemas. Si os interesa la visita, se puede entrar gratis en las sesiones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad y también hay visitas guiadas. Se encuentra en la 1ª Avenida, entre las calles 42 y 47.
Nuestra siguiente parada fue la Catedral de San Patrick (San Patricio), de entrada gratuita pero literalmente tapada por fuera y por dentro por unos andamios. En este viaje no hemos tenido suerte con los templos, ya que todos estaban siendo reformados.
Y después de descansar un rato allí cerca nos dirigimos a otra visita no programada para aquel día, la del teleférico a la isla de Roosevelt (en el cruce de la 2ª con la 60). Su precio es como un billete de metro, por lo que podréis usar la MetroCard. Por encima de esta isla pasa el puente de Queensboro, que una Manhattan con la parte de Queens conocida como Long Island. Os dejo un vídeo con varios lugares de la ciudad, la parte del teleférico empieza en el minuto 06.12.
Ya había pasado la hora de la comida, pero con un desayuno tardío y contundente ni nos habíamos dado cuenta, así que comimos un bocata en un Subway que hay en la calle del teleférico, casi enfrente de los Bloomingdales, los famosos almacenes comerciales de la bolsita marrón. Aquí, para varíar, tampoco compramos nada, pero vimos cómo eran y he de decir que son un poco más caros=pijos que Macy´s. En la planta baja hay una tienda de Magnolia Bakery. Entramos para comprarnos un cupcake, pero los elevados precios y la cola que había nos sacaron esa idea de la cabeza.
Caminamos hacia el Rockefeller Center y entramos en la tienda de Lego y desde allí seguimos paseando hasta Times Square en dónde para hacer tiempo hasta que se hiciera de noche entramos en otra famosa tienda, la de M&M.
Se había hecho de noche, empezábamos a estar cansados y estaba muy cerquita un local que nos habían recomendado tanto Calíope de Viajes y vivencias como en la excursión de contrastes, el Ellen´s Stardust diner, un local en dónde los camareros interpretan canciones tipo años 50 entre plato y plato. También os dejo el enlace a la reseña en Larpeiradas y un vídeo con algunas de las canciones interpretadas aquella noche y este fue el broche de oro para otro magnífico aunque agotador día en la Gran Manzana.
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