Adapto lo siguiente: Alguien se graduó a los 22 y consiguió trabajo a los 27; alguien se graduó a los 27 y ya tenía trabajo; alguien a esa edad ni siquiera había podido estudiar.
Hay alguien que sigue soltero y tiene un hijo, hay quienes están casados y llevan años buscando poder tener un hijo; hay quienes ni siquiera buscaban un hijo y ahora son padres.
Hay quienes tienen pareja y aman a otra persona, hay quienes se aman y no son nada; algunos todavía están buscando a quien amar.
Hay quienes tienen casa y les parece normal tenerla; hay quienes no tienen casa y quisieran una; hay quienes ni siquiera les importa tener casa porque viven en cualquier parte.
Todo funciona según como veamos el mundo y vivimos de acuerdo a esa visión y esas posibilidades. Es común que nos comparen, que crezcamos aprendiendo a compararnos y aprendiendo a competir. Puede parecer que alguien vaya más adelante que tú y que estés más adelante de ellos ¿Cuál es el punto de llegada? ¿Cuál es la medida de distancia? Es un programa completamente arbitrario, algo que no es real.
Tú en tu momento y yo en el mío. Esa otra persona está en su instante. Así es como funciona. Esa idea de carrera, la compulsión de ganar o perder (profusamente desarrollada en la cultura y el cine de Hollywood... entre otras), es lo que nos mantiene distraídos de muchos propósitos, es lo que nos aleja de la conexión con el presente porque nos pasamos cada instante anhelando lo que no tenemos y temerosos de perder lo que ya conseguimos.
*
Esta entrada fue publicada en Otros temas. Guarda el enlace permanente.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure