El desayuno de este hotel es más sencillo, pero, con este calor desde primeras horas de la mañana no es problema porque no tenemos mucha hambre.
Udaipur, es una ciudad de ensueño con sus palacios de mármol y sus lagos rodeados de colinas. Fue fundada en 1559 y en pocos años se convirtió en la capital de Mewar. Domina la ciudad la imagen del enorme City Palace sobre el lago Pichola con sus románticos palacios isleños.Toda la orilla del lago está repleta de casas típicas (havelis), Ghats y templos, en las estrechas calles de la parte antigua de la ciudad podemos disfrutas de variados bazares.
Bauart nos deja en la parte antigua de Udaipur y vamos caminando hasta el Templo Jagdish Mandir, este templo es del siglo XVII y está situado a pocos metros de la puerta principal de City Palace.
A las puertas del templo hay varias mujeres vendiendo precisos collares de flores naturales que los locales compran como ofrenda para los dioses; dos grandes elefantes franquean la entrada de Jagdish Mandir.
Dentro del templo hay bastantes mujeres y algún hombre inmersos en cánticos y ofrendas a la imagen del dios Visnú, toda tallada en piedra negra. Frente a la entrada principal del templo hay una fantástica escultura hecha en bronce de Garuda, el ave mítica que sirve de vehículo al dios Visnú.
La fachada de Jagdish Mandir es muy bonita, en ella podemos ver la sucesión de motivos típicos de un templo jainista: diablo como protección de malos espíritus, elefantes dando la bienvenida y como símbolo de buena suerte, caballos como símbolo de fuerza, locales como símbolo de la vida cotidiana, bailarinas símbolo de diversión y entretenimiento al pueblo y por último la imagen de varios dioses.
La calle que une este famoso templo con el gran City Palace está llena de tiendas de artesanía dando un colorido especial a la zona. Para acceder a City Palace debemos pagar una entrada de 200 rupias.
En la orilla del lago Pichola, el City Palace resulta una fascinante combinación de arquitectura militar y mongol. Su fachada fortificada está rematada con multitud de balcones, cúpulas y torreones.Se considera el palacio más grande Rajasthan, ocupando un par de hectáreas, es un complejo de varios palacios construidos entre los siglos XVI y XX por 22 maharajás diferentes. Una gran puerta, Tripoli Gate, sirve de acceso al recinto.
El interior del palacio se convierte en un gran laberinto de dependencias reales, salones de recepciones y patios comunicados por estrechas galerías y empinadas escalinatas. El primer patio se encuentra lleno de frescos de caballos y elefantes y un relieve del dios Ganesha rodeado de preciosos espejos.Aquí he pasado rápido porque me ha impresionado muchísimo ver por primera vez un “hombre perro”, nos han explicado que hace unos años las familias muy necesitadas, al nacer los niños les cortaban los tendones de Aquiles y nunca podían caminar, de esta manera se aseguraban una ayuda estatal y alguna que otra limosna; no os parece durísimo?En el siguiente patio hay unas escaleras para acceder hasta Chandra Mahal. Es uno de los más hermosos del complejo, tiene bellas columnas, espectaculares relieves en el mármol de mujeres y unas trabajadas ventanas con vistas al lago Pichola y palacios.
El recorrido marcado nos lleva hasta Dilkhushal Mahal, aquí hay un par de estancias muy llamativas. La habitación de una de las princesas con todas las paredes en cristal rojo, verde y plateado y los suelos y techos de espejo. En la siguiente estancia se exponen excelentes pinturas de la época.
Otro de los rincones que más ha llamado nuestra atención es el Patio de los Pavos Reales, donde se encuentra el balcón desde donde el maharajá podía disfrutar de los bailes de sus concubinas.
Desde la parte más alta de City Palace podemos disfrutar de unas vistas espectaculares del lago Pichola y sus lagos.
Hoy en día City Palace está dividido en tres estancias: la parte habilitada para visitas, un hotel de lujo y la estancia privada de la familia de maharajá. La parte privada de City Palace es espectacular, está claro que la familia del maharajá, a pesar de hoy en día no tener poder político, tiene una situación social más que privilegiada!
No muy lejos de la vivienda vemos a un grupo de obreros cargando ladrillos, los trabajadores del maharajá que es evidente que no disfrutan de ningún lujo de vida del maharajá, viva imagen de la cruda realidad de la India!
Nuestra siguiente parada será en el lago Pichola, hemos contratado un paseo en barco por el lago artificial.Durante una hora podemos disfrutar de unas vistas maravillosas de la ciudad de Udaipur, con sus edificios y Ghats llenos de vida.
Pasamos al lado del Jag Niwas, conocido como Palacio del Lago, construido entre 1734 y 1751, fue la residencia real durante verano, actualmente alberga uno de los hoteles más grandes del mundo.
El barco hace una parada en Jag Mandir, con sus verdes jardines y estancias de mármol fue construido en 1620.
Ocho elefantes de piedra guardan la entrada dando la bienvenida a quienes deciden visitar el lugar.
Durante los años 1623 y 1624, este palacio isleño sirvió de refugio del príncipe Khurram cuando se rebeló contra su padre. Más tarde se convirtió en el emperador mongol Shah Jahan y se cree que sacó de este palacio muchas ideas para la construcción de Taj Mahal.
Este paseo ha resultado muy agradable y hace que tengamos más ganas de seguir descubriendo esta ciudad, pero, a esta hora hace tanto calor que será mejor volver al hotel y disfrutar de un rato de descanso en la maravillosa piscina. Para comer optamos por el restaurante de Jaiwana Haveli, desde su terraza tenemos unas vistas espectaculares del lago y la ciudad. La comida está muy buena y comemos los dos por 400 rupias, poco más de 5€.
La parte antigua de Udaipur tiene un encanto especial, con empinadas y estrechas calles llenas de puestos de comida típica y pequeñas tiendas de productos de artesanía. Nos dejamos llevar por la vida local y pasamos una tarde muy agradable disfrutando del lugar.
Me vuelvo loca entrando en las tiendas, me gusta casi todo lo que tienen y las compras se convierten en toda una aventura porque son expertos en el arte del regateo…Callejeamos y podemos vivir la vida que hay en los ghats, mujeres lavando la ropa mientras los niños juegan en las sucias aguas invitándonos a compartir el momento con ellos.
Para terminar el día en Udaipur teníamos un momento mágico esperándonos. Bauart nos ha recomendado cenar en el restaurante Ambrai, situado en la terraza del Heritage Hotel Amet Haveli y la verdad es que ha sido todo un acierto. Está situado en el extremo de Udaipur a nivel del lago, justo en frente tenemos el Palacio del Lago y el City Palace; ver el atardecer de Udaipur desde aquí se ha convertido en un momento mágico. La carta es muy variada y tiene gran selección de bebidas, hemos cenado genial y alargamos la velada durante un rato porque el lugar tiene un encanto especial.
Tenemos la sensación de llevar mucho tiempo en India y todavía no hemos llegado al ecuador del viaje. Hay muchos momentos en los que tenemos la sensación que se para el tiempo; la verdad es que no quiero pensar en dejar India. Sin lugar a dudas, este país me está enamorando!
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