El presidente Mariano Rajoy será intervenido de su ojo izquierdo en el día de hoy. Se trata de una operación de cirugía menor muy sencilla que no entraña ningún riesgo por lo que a su término regresará de inmediato a la Moncloa para descansar e iniciar una rápida recuperación. De hecho, está previsto que el día 31 se dirija al país para comunicar a los ciudadanos el tradicional mensaje de prosperidad para el año entrante, cargado de buenos deseos, a la par que esboza sus propósitos de gobierno en caso de llegar a un acuerdo.
La terapia es muy sencilla pero no por ello menos tediosa. Llevará a cabo una batería de ejercicios ante el espejo con los que podrá chequear minuto a minuto su progresión y mejora. Durante los mismos deberá repetir a viva voz el programa electoral de 2011 que lo llevó a la mayoría absoluta sin que el ojo intervenido salte, encasquille, guiñe o se enroque como venía haciendo hasta ahora cada vez que decía algo supuestamente inverosímil o de difícil ejecución (para sus principios). Ensayará el discurso una y otra vez con una sonrisa en la boca para demostrar seguridad.
Otro de los ejercicios consiste en hablar del éxito de la democracia tras el 20D y que está deseando dialogar con los demás partidos que no sean Ciudadanos o PSOE. Esta prueba sube ligeramente el listón en tanto que ya debe mencionar la reforma de la Constitución. Pero sin duda la definitiva es monologar que está de acuerdo con aquellos partidos que defienden el derecho a decidir el modelo de Estado o comunidad autónoma correspondiente a través de un referéndum, sin dar un pestañazo. Se dejará para el final y conviene ejecutarse en compañía de alguna persona de confianza y a ser posible de un miembro del equipo médico habitual ante la hipotética aparición de un episodio complejo: desprendimiento de retina, Parkinson severo de párpado o agarrotamiento del globo ocular, acompañados de una fuerte crisis de identidad.
Durante los descansos se someterá al visionado de videos de hemeroteca que recogen todas aquellas intervenciones en las que el ojo polígrafo le trajo problemas de credibilidad. Hablamos de su ratificación de confianza a los compañeros y compañeras de partido, del asunto Bárcenas, Rato y todo el ABC de la corrupción en los que se le veía aparentemente con LA RAZÓN al completo. Es preciso resaltar que se trata tan solo de un programa de rehabilitación cuyo parecido con la realidad es pura coincidencia…salvo alguna cosha.