Revista En Femenino

Día de la Tierra 2016

Por Mamá Futura @MamiFutura

¿Ya ha llegado otro año más el día de la Tierra? Pues os lo creáis o no, me ha pillado desprevenida. Llevo un año pensando en este post, en encontrar un momento para dejarlo en borradores o programado y sentirme realizada, pero va a tener que ser deprisa y corriendo, como hago casi todo últimamente…

El Día de la Tierra me parece siempre un día especial. Un día para recordar cómo podemos cuidar mejor a esa Madre Tierra nuestra que tanto nos da y tan poquito nos pide. Porque lo que podemos hacer por ella cuesta tan poco y tiene tanto beneficio.

Todos sabemos reciclar. E incluso la mayoría hasta sabe reutilizar (que es mejor que reciclar).

Yo quiero contaros mis trucos para hacer de nuestro planeta un planeta… Que siga siendo habitable.

Ya os hablé de las Nueces de Lavado, de los Pañales de Tela y, seguramente, de más cosas.

Hoy os quiero hablar de los pequeños gestos que, creáis o no, valen mucho. Como esas bolsas de tela (o rafia). ¿Pero no os pasa a vosotros que a veces os encontráis en un supermercado sin previo aviso y empezáis a coger cosas que recordáis que necesitáis y no la tenéis a mano? De repente tenéis que comprar una de sus bolsas de plástico o no os podéis llevar la compra… ¡Ajá! Para eso tengo solución, ¿conocéis esas bolsas que se meten en un bolsillo, ocupan poco, pero abiertas tienen muchísima más capacidad para cargar? Justo ayer descubrí en el Decathlon varias de diferentes tamaños. Yo me cogí la más grande (que siempre compro lo que necesito y lo que no, me pasó justo media hora antes de comprar esa bolsa). Ahora la llevo en el bolso.

Y no os hablo de ella porque la acabo de descubrir. Ya tuve una durante muchos años y la usé bastante. Pero se perdió y la he echado mucho de menos. Por eso, con experiencia, os puedo decir que es un pequeño gesto que sirve de mucho y nos hace la vida bastante más cómoda.

Otra tontería de éstas son las muselinas. En el primer año del bebé yo parecía que las coleccionaba. Me venían bien para todo. Tenía dos en el coche, dos en el carrito, dos en el bolso. Tenía una siempre en todas partes porque me apañaba muy bien con ellas. Ahora ya no necesitamos tantas, ¿sabes para qué las uso? Para sonarnos los mocos. Como siempre las lavo a mano y luego las tiendo al Sol (es como una norma), no tengo miedo de usarla para llenarla de mocos verdes, amarillos o transparentes y después frotarla bien con jabón lagarto y tender.

¿Sabíais que la celulosa de los pañuelos, las servilletas y el papel higiénico no es reciclable? Yo pensaba que sí, pero hace poco descubrí que no. Así que con más razón uso las muselinas para sonarme los mocos. Ahora que termina el invierno no tanto (aunque los alérgicos quizás sí), pero estaría bien que alguien más lo tuviera presente para el invierno que viene.

Y de momento lo dejo hasta aquí y espero el año que viene daros más truquis y que os gusten.


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