Revista Insólito
El 8 de noviembre de cada año se celebra en La Paz, Bolivia, el día de las Ñatitas o día de los muertos.
Desde tiempos ancestrales, en la época precolombina, los indígenas andinos compartían un día con los huesos de sus antepasados. Tres años después de ser enterrado se recuperaban sus huesos, aunque actualmente solo se utiliza el cráneo en esta siniestra tradición. En el cementerio de La Paz se bendicen estos cráneos pero no se celebra misa ya que la iglesia católica lo considera una tradición pagana.
Todas las imágenes fueron tomadas en el cementerio central de la ciudad boliviana de La Paz por el fotógrafo de Reuters David Mercado.
La calavera se conserva en la casa todo el año y al llegar el 8 de noviembre la familia la corona con flores frescas, algunas veces las visten, les ofrecen tabaco y hojas de coca, en señal de agradecimiento por haberles protegido todo el año.
En la época precolombina este ritual era diferente. En aquella época solo se realizaba con los líderes de la comunidad, los cuales eran honrados cada 24 de octubre. Tras la llegada del catolicismo estos ritos paganos fueron prohibidos, pero se seguían celebrando de forma oculta.
En algunas zonas de Bolivia, sin embargo, se sigue desenterrando todos los restos del fallecido para vestirlo y realizar las ofrendas antes descritas, para volver a sepultarlo después.
Los indígenas andinos creen que el alma no desaparece tras la muerte, si no que continúa ligada al cráneo y el 8 de noviembre de cada año el alma vuelve a la tierra para cuidar y proteger a los difuntos.
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