-Madre, necesito que me acompañes
-A donde.
- Necesito cortarme el pelo y tengo que comprar un regalo para mi princesa.
-No.
-Si si, necesito que me acompañes. Que dentro de unos días estoy de aniversario y necesito comprar un regalo y me tienes que asesorar. Además aprovecho y voy a cortarme el pelo.
-¿Así que estás de aniversario? Pero aniversario de qué.
-Pues el caso es que no me acuerdo. Pero sé que estoy de aniversario. Lo huelo en el ambiente y si no tengo un regalo me la cargo. Así que me tienes que acompañar.
Sé que esto no va a salir bien. Lo sé. No hace falta ser adivino para saber lo que va a ocurrir. Que me voy a estresar mucho…
-Si es que tengo cosas que hacer en casa. Ve tú, si seguro que lo haces fenomenal tu solito.
-No, no, necesito tu consejo para el regalo así que no te escaquees y vístete que nos vamos.
Me ducho y me visto como el cordero que va al matadero, pero todavía me queda una esperanza.
-Cariño que tu hermano quiere que lo acompañe ¿Vienes?
-¿A qué?
-Pues dice que se va a cortar el pelo y a hacer unas compras ¡Acompáñanos y comemos juntos!
-¿Con el Niño de compras? Ni loca. No te preocupes por mí, yo me como algo aquí en casa.
Mi gozo en un pozo, dice el refrán…
-¿Lista? Venga que es tarde.
-Oye, a mi no me metas prisa que me pongo la bata y se acaba el juego ehhh.
-Vaaalee. Venga que conduzco yo.
-¡No, de eso nada!
-Sí si, que tu conduces como una loca y en plan kamikaze que cualquier día tenemos un disgusto contigo.
La verdad es que no tengo ganas de conducir así que lo dejo que conduzca, aunque sé que me voy a poner de los nervios en diez minutos.
Efectivamente, a los diez minutos estoy de los nervios. Vamos por la autopista de la Coruña a 90 Km/h por el carril central y claro, vamos haciendo amigos. Nos adelantan por la derecha, por la izquierda y un camión amenaza con adelantarnos por encima.
-¿Qué tal si te pones en el carril de la derecha?
- No, que ese es el carril lento y yo voy a 90 no a 80
Dolega con cara de acelga
Por fin llegamos. Aparcamos y vamos directos a la peluquería en la que se corta el pelo. Siempre se corta el pelo ahí salvo cuando yo le corto el pelo y la orejas.
-¿Quien te lo corta?
-El que me toca. Aquí todos son buenos.
-Ahhhh
Entramos y le toca un chico jovencito con pinta de ser el nuevo. Le pregunto cuánto tiempo más ó menos tardará y me dice que unos veinte minutos.
-Ok, pues doy una vuelta y vengo.
-¡Vale!
Me doy dos vueltas al centro comercial y vuelvo. Cuando llego a recogerlo está listo.
-Venga vámonos que se nos hace tarde.
Empezamos a caminar y me empiezo a fijar en el corte de pelo.
-Oye, no es por nada, pero te ha dejado hecho una pena.
-¿Qué? ¡No me jodas! ¿Por dónde?
-Pues por todas partes hijo, da pena verte.
-¡Bueno! Tú y tus exageraciones, siempre igual. Tú sí que me dejas hecho un Cristo Madre y encima me cortas las orejas, que no tienes ni idea.
-Vale…
-Bueno, a ver que le compro a mi chica.
-¿Que le quieres comprar?
-Algo que me guste.
-¿Pero qué le gusta?
-Pues no sé, pero me tiene que gustar a mí.
-Pero, el regalo ¿no es para ella?
-Si
-Entonces a la que le tiene que gustar es a ella.
-Pues no. Me tiene que gustar a mí que soy el que lo regalo.
Le empiezan a llegar WhatsApp. Y eso evita que ponga cara de madre.
De repente me da el teléfono.
-A ver Madre, céntrate. Tómame una foto donde está la supuesta escabechina que me han hecho.
Le tomo la foto de los trasquilones que lleva por detrás.
Venga mensajito para arriba, venga mensajito para abajo…
-joooodeeeer, así que me han dejado de puta pena.
-Pues sí. Parece que Freddy Krueger lo intentó pero no lo logró.
-Pues vamos a que me lo arreglen, que yo no me quedo así.
Nos volvemos a la peluquería.
-Oye perdona, que dice mi madre que me has dejado de pena, que estoy lleno de trasquilones.
El chico lo mira y me mira asombrado.
-¿Trasquilones? ¡Para nada! Lo que te hecho es un despuntado…
Dolega con cara de madre.
-A ver hijo, tu lo llamarás despuntado yo más bien diría que es trasquilado. Pero si quieres podemos llamarlo corte desestructurado asimétrico, me da igual pero parece que le has metido las tijeras con un ataque de nervios. Mira, mira, mira.
Empiezo a enseñarle los tijeretazos que tiene la criatura por la parte de atrás.
-Ya entiendo – Me dice con una sonrisa irónica- tu madre lo que quiere es que te lo corte muy cortito para que te dure mucho y así aprovechar más el dinero ¿Verdad señora?
Dolega en modo venganza
-Pues mira guapo, no sé si tu cliente querrá aprovechar más el dinero ó no, porque el que paga es él, que aunque sea bajito e imberbe ya es mayorcito y se paga sus cosas.
-¿Bueno y que tal si dejáis de discutir y terminamos con esto? Y oye, perdona pero mira como estoy por detrás.
Le enseña las fotos en el móvil
-Que no solo lo dice mi madre, que es cierto que me corta el pelo también. Es que mi chica se ha quedado helada cuando me ha visto como me has dejado.
-Pues perdona, pero yo lo único que he hecho es seguir el corte que tenías así que si el que te lo cortó antes no tenía ni idea no es problema mío.
-¡¡¡¡Que has seguido el corte anterior!!!! Pero si me lo cortó mi madre que no tiene ni idea, ¡¡si hasta me cortó una oreja!!
-¿¿Qué te cortó una oreja??
-¡¡Y qué tal si os vais los dos a la mierda??
-¡¡Oiga señora…!!
-¡¡Ni señora ni leches!! Se supone que eres un profesional. Si el pelo estaba mal cortado tu trabajo era arreglarlo. Pero si por el contrario tú tampoco tienes ni idea de cortar el pelo, cosa que me temo, por lo menos no descargues responsabilidades. ¿Vale? Así que aligerando y nada de despuntados por favor. Tu simplemente el normal, el de toda la vida.
El resto de compañeros y clientes hacen como que no escuchan.
-Y contigo hablo luego cuando salgamos de este templo de la imagen y el estilo.
De repente me suena el móvil
“El que faltaba” pienso.
-Hola
-Hola
-Ufff te noto tensa. ¿Estás con tu Niño?
-Tenemos que pensar en algo y rápido. Creo que la dote no es suficiente, así no lo colocamos ni a tiros. No sé, quizás otro Máster ó una cartilla de ahorros ó un caballo y cuatro cabras, pero tenemos que pensar en algo.
-Bueeeeno tú relájate que esta tarde te invito a un vinito en una terracita y ya verás que se te pasa. Además, caes en sus redes porque quieres…
-Eso es cierto. Bueno te dejo que ya parece que lo terminan. A ver si logro volver a casa pronto.
Lo espero fuera porque no quiero más comunicación con el “estilista” en cuestión. El jodío niño viene a abrazarme y a besarme y a hacerme carantoñas porque sabe que me ha cabreado y mucho.
-¡¡No, No deja de achucharme que la próxima vez te va a compañar a tus cosas tu puñetera madre!!
-O sea ¡Tú!
-Pues no. Te recogimos en la maternidad porque nadie te quería porque tenías cara de encabronado y todo el mundo decía:¡ Ufff yo el enfadado no! Y me diste pena y dije: “bueeeno venga, me lo quedo yo”.
-Madre tengo 24 años, eso ya no cuela.
-Ya ya, pero la duda jode.
Entramos en una tienda donde tienen pulseras de una marca muy de moda y nos atiende un chico jovencito super mono, simpático y que definitivamente ha decidido que el Niño le gusta.
-Hola guapo que deseas (batir de pestañas)
-Hola, mira vengo buscando una pulsera de esta marca.
-¡Huy! Pues tengo preciosidades, si quieres te enseño. (batir de pestañas)
-Vale, pero la quiero que tenga cuero y que no tenga calaveras
-Ahaaamm, mira tengo una preciosa que tiene cantidad de símbolos entrelazados con cuero que es una monada.
-Qué tipo de símbolos.
Yo empiezo a compadecer al pobre chico, con lo simpático que se ve y el buen humor que tiene a pesar de ser pronto por la mañana…
-Pues espera que no me acuerdo, pero te la busco (batir de pestañas)
Mira es esta.
-sí que es mona. ¿Y qué tipo de símbolos son estos?
-Me imagino que serán celtas ó algo así.
-Pero, entonces son Celtas ó no.
El chico sonríe y no sabe que responder.
-No estoy seguro, también pueden ser tribales
-No, estos símbolos no son tribales, ya te lo digo yo.
-¡Élficos! Seguro que son élficos.
-No esos símbolos no son élficos para nada, los conozco y no son así macho.
-Pues entonces serán Celtas seguro.
-Pero es seguro ó no, porque tengo que saberlo, que es para un regalo.
El chico ya no bate las pestañas y está empezando a cambiar de humor.
-Pues no lo sé, que quieres que te diga.
-Pues quiero que lo busques ó que preguntes. Llama a central y pregunta por el modelo y que te digan algo ó en vuestra web, no sé algo…
Es que ya me dirás, si cuando haga el regalo y me pregunte qué son los símbolos y no sepa…
Yo estoy allí pensando que quizás hay que elevar la cosa con tierras, eso nunca falla, las tierras han elevado las dotes desde tiempo inmemorial.
-Espera que llamo (ni batir de pestañas ni leches, tiene una cara de mala baba que no se tiene)
-Oye mira que soy Raul, de Torrelodones que tengo aquí un cliente que quiere saber qué son los símbolos de una pulsera, si si, te digo 14585P.
-Si, si, si, si, Vale. Chau. (cuelga)
-Me dice mi compañera que son figuras hechas por el diseñador, que no tienen un significado específico, lo siento.
-Vale. Pues cóbrame y ponla para regalo, por favor.
El chico la envuelve en papel de seda y cuando va a meterla en una bolsita de regalo…
-¿No tienes cajita? No, es que la quiero en cajita.
El chico lo mira con odio.
-Pues es que este modelo no lleva cajita.
-¿Y porque? ¿Es que tienes modelos que llevan cajita?¿Qué modelos llevan cajita?
En este punto el chico y yo nos miramos. Él me suplica con los ojos, yo le envío una orden ocular tajante: “Dale una puta cajita”.
-Bah, no te preocupes que te la pongo en una cajita. Ya verás que te busco una que tengo monísima.
Yo respiro aliviada. Salimos de la tienda con el regalo envuelto en una cajita preciosa con un papel ideal y yo corro de manera ardiente hasta el coche.
-Trae que ahora conduzco yo.
-No. Que tú vas como una loca no vayamos a tener un accidente, me den de mi lado y me quede alelado para siempre. No, no me mires así que es cierto.
A lo mejor no sería mala idea añadir un escudo de armas al apellido ó algo de eso. Total hoy día hay muchas webs que te mandan un certificado de alcurnia y antecedentes históricos y eso hay que reconocer que a las mujeres nos encanta…