El Dios de Israel tenía un afán particular excesivo. Decía que los judíos eran, ni más ni menos, que el pueblo elegido. Cuando un dios elige a un pueblo y no a otro no es fácil que se haga universal. Pablo de Tarso, que era muy vivo, se dio cuenta del asunto y dijo que Dios quería a todos por igual.
En la fundación del cristianismo Jesucristo puso la cruz y San Pablo los reglamentos. Las prohibiciones al final vencieron a la compasión y los burócratas se hicieron con la iglesia. Por eso hay cristianos, nacidos del amor universal, que odian tanto a los que no tienen las mismas creencias. El Ku Klus Klan era y es una organización cristiana. La COPE también.
Doscientos años después de que Teodosio, el último emperador romano, declarara al cristianismo la religión del Imperio Romano nacía Mahoma y los musulmanes asumieron que Alá es el único Dios y Mahoma su profeta. La gran mayoría de los musulmanes son pacíficos, pero como le pasa a los cristianos, también los hay especialmente brutos que atentan, principalmente, contra otros musulmanes. Ahí están los yihadistas.
Las religiones monoteístas no nos dejan ni morirnos en paz ni empiernarnos en paz. De la masturbación, ni hablamos que produce ceguera. Este dios de las religiones del libro controla la vida y la muerte. Por eso no les valen ni preservativos ni disponer de nuestra propia vida cuando pensamos que ya está bien.
Las religiones han sido muy útiles para unirnos socialmente. Sin grandes relatos como Dios, la nación, la ciudadanía o el mercado sería imposible que tantos millones de personas conviviéramos. Pero precisamente por esa capacidad de unión, en nombre de Dios, de la nación, de la ciudadanía o del mercado nos matamos. Nuestros antepasados creían en muchos dioses. Cuando nos quedamos solamente con uno, a los demás dioses les convertimos en santos. Algo nos queda de aquella inteligencia preburocrática.
Somos los únicos animales que enterramos a los muertos. Hace 400.000 años, el homo heidelbergensis enterraba ritualmente a sus muertos. Es decir, ya pensaban que después de la muerte había algo. Igual que los neandertales. Tuvo que ver con la aparición del lenguaje. Dices Dios y entonces existe. Pero debieron escoger mal a su dios porque todas las especies de homínidos previas al homo sapiens desaparecieron.
¿Nos pasará lo mismo a nosotros? Hoy, día de todos los muertos, miro el desorden a mi alrededor, a Brasil y a Yemen, al Valle de los Caídos y Génova, al Estrecho y la caravana de Honduras. Taampoco me olvido de mirarme en el espejo. Miro el desorden del mundo y pienso: ¿No es Dios es una causa demasiado grande para un resultado tan mediocre?