Yosiris Urrutia es una muchacha tímida, reservada, tranquila. Caterine Ibargüen es un ventarrón que se lleva por delante todo lo que encuentra a su paso. La primera sueña con consolidarse en la élite del atletismo mundial; la segunda es la reina indiscutida del salto triple, prueba en la que lleva 28 triunfos consecutivos.
Esa diferencia hace que lleguen este lunes, a la final de su especialidad en el Mundial de Pekín, con diferentes expectativas. Yosiris ya cumplió con estar entre las 12 finalistas. Tratará de mejorar sus registros, pero lo que haga es ganancia. A Caterine sólo le sirve ganar. Aunque asegura que con una medalla quedaría satisfecha, porque sabe lo que significa y cuesta lograrla, no es un secreto que va por el premio mayor, ese oro que seguiría enriqueciendo su leyenda.
Porque pase lo que pase en el Nido de Pájaro, en el que el sábado solamente necesitó un salto para avanzar a la final, Caterine ya es la mejor atleta colombiana de la historia. Por su carisma y personalidad, por ser la mejor embajadora del país en el exterior, pero sobre todo por sus resultados: múltiple campeona nacional, bolivariana, suramericana, centroamericana y del Caribe, panamericana, medallista olímpica de plata y campeona mundial.
Al salir de la prueba clasificatoria, la antioqueña de 31 años le dijo a El Espectador que había hecho “la primera parte del trabajo”. Hoy va a terminarlo, ojalá con su segundo oro consecutivo, tras el que logró hace dos años en Moscú. Sería su tercera medalla mundial, pues en Daegu 2011 se colgó el bronce.
Para conseguirlo deberá superar a la ruda Ekaterina Koneva, quien tiene la mejor marca del año (15:04), a la ucraniana Olga Saladuha y a la kazaja Olga Rypakova, la última que la venció, hace ya tres años. En la jornada también se disputarán las finales del salto con garrocha masculino, los 10.000 metros femeninos, los 3.000 obstáculos masculinos y los 100 metros femeninos.
Via:: Colombia
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