Aunque el agua cubre 70% de la superficie de la Tierra, la proporción potable no es tan abundante como parece. Una investigación de las 500 ciudades más grandes del mundo publicada en 2014 concluyó que una de cada cuatro experimenta una situación de “estrés de agua”, que según Naciones Unidas se refiere a que los suministros anuales descienden por debajo de 1.700 metros cúbicos per cápita. Como consecuencia de ello, ciudades como Sao Paulo, Ciudad del Cabo, Bangalore o Beijing podrían sufrir serios problemas de escasez de agua.
Según datos oficiales de Naciones Unidas:
- A nivel mundial, más del 80% de las aguas residuales que producimos regresa a los ecosistemas sin ser tratada ni reutilizada.
- 1.800 millones de personas consumen agua contaminada por restos insalubres. El agua no potable, y unas infraestructuras sanitarias deficientes, además de una insuficiente higiene provocan enfermedades y causan alrededor de 842.000 muertes al año.
No sólo el agua dulce es apropiada. El fisiólogo francés René Quinton realizó una teoría científica con respecto al agua del mar, ya que afirma que sirve para equilibrar las carencias del plasma de las células, lo que ayuda a que la persona tenga un mayor bienestar. Por ejemplo, al yodo de las algas marinas se le atribuyen propiedades desinfectantes.
El agua es una fuente de nutrientes y sinónimo de vida para los seres vivos.