Revista Diario
Hace unos minutos, mientras dormía a mis hijos, por cierto, sentada a su lado el rato que les dedico antes de que cierren los ojos tranquilamente y sin llantos, estaba leyendo uno de esos libros soporíferos que tanto me gustan de historia. Precisamente acerca del nacimiento de la sociedad de masas y del poder de las mismas en la consecución de metas sociales. Hoy día el poder de las masas ya no es tanto salir a la calle como aquellos primeros movimientos como el de los obreros o las sufragistas (que también) sino que utilizamos el poder (nada desdeñable poder) que tienen actualmente las redes sociales. Me sumo con muchas ganas a una iniciativa de un grupo de madres que tienen la intención, a ver si ya de una vez por todas, de eliminar del mundo infantil esas horribles teorías sobre adiestramiento (no creo que le venga a medida otra expresión) del sueño de los niños. La iniciativa se llama Día mundial del sueño feliz que no tiene otra intención que conseguir inundar las redes sociales, sobre todo Twitter, de mensajes contrarios a uno de esos métodos que (por desgracia) todo el mundo conoce: el método Estivill. Para unirse a esta iniciativa solamente hay que publicar en blogs y redes sociales comentarios relativos a nuestra postura acerca de este método. El día 29 de junio, día que se quiere convertir en Día mundial del sueño feliz, se quiere conseguir que el hashtag#DesmontandoaEstivill sea trending topic. Tenéis más información en el grupo de Facebook creado para la ocasión.Yo me uno a esta iniciativa por dos razones. No son nada científicas, pero son las mías. La primera, mis hijos están en la habitación de al lado durmiendo tranquilamente. 4 y 2 años. Han aprendido a dormir sin llorar. Han evolucionado cada uno a su ritmo, cada uno con sus pequeñas manías, pero al final, han aprendido a dormir sin necesidad de ser adiestrados y sin necesidad de sufrir largos momentos de angustia y llanto. La segunda, no podía ser otra: la historia y el arte. El arte es a menudo reflejo de la realidad. Pues no he visto nunca a ningún niño dormir llorando reflejado en ningún lienzo. En cambio sí que he podido contemplar estas preciosas escenas del principio del post. Por algo será...Felices sueños.