La “Diada del Sí” a la independencia catalana, la manifestación de este “Onze de Setembre”, se celebra para recordar a Rafael Casanova, el Conseller de Barcelona que los separatistas presentan como mártir de su causa.
Pero fue “un patriota español” que en 1714 apoyó a los Austrias “principalmente porque él era muy tradicionalista y los Borbones traían aires de modernidad”.
Lo advertían este domingo en una entrevista sus descendientes directas Mencía López Becerra de Solé y de Casanova y su madre, Pilar Paloma, que declaran ridículo que los separatistas adopten una figura que luchó “Por Dios, por España y por el Rey” en favor del pretendiente austríaco a la Corona a la muerte sin descendencia de Carlos II, en 1700.
Con esos libros de texto elaborados por los políticos regionales, pocos catalanes saben la verdad, y casi ninguno de los que la saben se atreven a proclamarla; las descendientes de Casanova son muy valientes.
Como decía el ensayista catalán Miquel Porta Perales en 2005, tras publicar un trabajo sobre la verdad histórica, cuando esta festividad no era aún separatista aunque estaba construyéndose, presentar a Casanova como una víctima de España era “un ejemplo de las tergiversaciones que en Catalunya difunde el nacionalprogresismo imperante”.
Lo cierto, aclaraba, “es que en la noche del 10 al 11 de septiembre de 1714 estaba durmiendo, tuvieron que despertarlo y llevarlo al frente y allí fue herido muy levemente...
-¿No murió?, le preguntaba un periodista.
-¡Qué va! Consiguió del médico un certificado de defunción, quemó los archivos, delegó en otro conseller la rendición, huyó disfrazado de fraile y se instaló en Sant Boi”.
Y desde allí, y hasta su tátara-tataranieta Mencía, se ha ido creando una historia tan falsa que enloquece a muchos, a demasiados catalanes.
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