Diálogo atento, beneficios de escucharte a ti mismo

Siguiendo con mi evolución personal dejándome guiar por los trabajos sobre el poder de la intención del Dr. Wane Dyer, hoy me he encontrado por casualidad con un reportaje que habla de los beneficios de descubrir nuestro discurso interno, esa vocecita que va guiando los pasos que damos cada día y de cómo el tono de ese diálogo interior nos configura como personas (aunque yo creo que es un poco entre retroactivo y la eterna discusión entre la gallina y el huevo...)
Creo que es obvio que si te pasas todo el día "dándote órdenes", no sólo acabarás hasta las narices de ti mism@ sino que descansar o no obedecerte generará culpa y, lo que es peor, juzgaremos a los demás desde el mismo filtro que nos juzgamos a nosotros mismos.

Si no eres capaz de escuchar tu diálogo interno, porque estás demasiado ocupado o porque te olvidas y vas con el automático puesto... quizás si podrás observar qué tipo de conversaciones llenan tus días.
Hoy os animo a que practiquéis lo que yo llamo "diálogo atento" con vuestros amigos, familiares, el jefe, la vecina o la pescadera del mercado.
No se trata de juzgarnos y condenarnos si de repente somos conscientes de que nos quejamos más que preguntamos por los demás, o si en cualquier tema de conversación que aparezca nos las ingeniamos para hablar de nosotros mismos.
Lo suyo es que, por lo pronto, nos demos cuenta y, por lo tarde (si es que eso existe, pero para que me entiendas) reconozcamos que, al igual que el diálogo de otros nos afecta o influencia, nosotros también afectamos e influenciamos.

Estoy segura de que todas tenéis algún amigo que, habléis de lo que habléis él/ella más, mejor, antes, más grande o su prima...
O uno de esos que, aunque sea de broma, se pasa el día metiéndose con gente y sacándoles defectos.
También el que yo llamo "desmoralizador-realista", ese que dice cosas del tipo "uuuuu eso no se puede" o "que va, eso es imposible" o "pfff, seguro que sale mal" y otras tantas frases llenas de energía positiva (nótese la ironía)
Nadie es perfecto en su diálogo, no podemos estar de buen humor, empáticos y compasivos todas las horas de todos los días, pero sí que podemos estar un poquito más atentos y mordernos la lengua si nuestra opinión va a ser destructiva o innecesaria.
Por la boca muere el pez, dicen, y muchas veces nuestra verdadera esencia se nos escapa por la boca, sin avisar... a la larga se nota lo que tenemos dentro y queramos o no, afecta a los que nos rodean.

Este post es para animarnos a que nos arriesguemos a conocernos y para que, al descubrirnos, decidamos no afectar negativamente a los demás porque, tal y como está el mundo, eso no es precisamente lo que nos va a llevar a ser felices.
Si ofendes o te muestras egocéntric@ o te crees mejor que otros y con la frase "no pasa nada, si ya me conocen" te quieres ir de rositas... no estás haciendo nada más que mirar hacia otro lado y eludir una responsabilidad que es sólo tuya. Lo suyo es que te conozcas, te guste lo que ves (y si no, lo cambies) e influencies positivamente tu entorno.
Creo que es un gran beneficio escucharse a uno mismo, nos ayuda a reconocer nuestros errores, aprender a respetar a los demás y crecer como personas. Por nosotros, por los que nos rodean y por los que están por llegar.

Por el cambio... caminamos junt@s?
Que tengas un feliz día!

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