Dialogo intersticial

El sitio de esta casa privada es una propiedad inclinada y arbolada situada en una zona casi rural que ofrece reclusión y vistas panorámicas al paisaje circundante.

El volumen principal de la casa se erige como un prisma de vidrio, en forma de L para separar sus zonas espaciales distintas. Un plano opaco envuelve la casa en los lados sur y este, protegiendo la propiedad de la calle y casa vecinas, y el anclaje de la casa al paisaje. El diálogo entre esta pared primaria y el bloque de cristal de la casa se lleva a cabo en el espacio intersticial entre el interior y el exterior a través de una serie de terrazas, y controla la filtración de la luz y las vistas a través de aberturas selectivas.

La casa está dividida en dos por una espina de circulación que se conecta a la sala de la escalera y define dos partes espaciales: una zona sólida a lo largo del lado sur, marcada por un ritmo de pilares estructurales, y una zona de vacío al norte, acentuada por un sistema estructural de acero ligero. Una fachada de vidrio envuelve ambas zonas, creando una sensación de movimiento independiente, equilibrado por los elementos sólidos dentro.

El nivel inferior de la casa, que contiene los espacios técnicos y aparcamiento, está tallada en el sitio sobre el lado norte, con apertura a un patio en pendiente con un sauna, un gimnasio y acceso al jardín superior. Los espacios públicos principales se encuentran en la planta baja: una cocina abierta, suite de invitados, y salas de juegos para niños a lo largo del lado sur, y espacios de estar y comedor a lo largo del lado norte.

Las habitaciones y la suite principal se colocan a lo largo del lado sur de la planta superior, protegidos del exterior por la pared primaria que envuelve toda la fachada y protege de la luz solar excesiva por un sistema de lamas de vidrio. Frente a estas habitaciones un estudio, biblioteca y salón abren al espacio que vive por debajo a través de la doble altura.

Richard Meier, 2012©

Fotografías: ©Roland Halbe

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