Un hombre desterrado
que siente ajeno el pan que come,
ajeno el aire que respira,
ajeno el rostro que lo mira.
Un hombre desterrado
y aquella calle que se pierde
aquel rincón que se deshace
y aquella plaza que se borra.
Un hombre desterrado
y la nostalgia que atenaza
y todo lejos, sin retorno
y un hoy extraño y extranjero.*
Camino al metro una persona nos pregunta... ¿ustedes son chilenos?... sí respondimos... el señor nos dice: Yo soy vecino de ustedes, soy peruano y vivo en París hace quince años, ustedes que hacen acá... "sómos turistas" respondimos... y el dice... "París es la mejor ciudad para ser turista, pero la peor para vivir" nosotros subimos al metro y el se queda esperando a otra persona en el andén.
mi amiga lleva meses viviendo en la capital francesa y se queda pensativa por lo que dice, y le encuentra razón... yo sigo feliz de mi estadía vacacional...
Pero Vivir en otro lugar no es fácil con un idioma distinto no es fácil y los exiliados de la Unidad Popular no sólo eran desterrados del territorio, también del tiempo... 1974 no era el mismo para los chilenos en el interior y en el exterior... los exiliados esperaban el momento del regreso, la caída "inminente" de Pinochet, mientras la resistencia se organizaba en el exterior esperando el momento del asalto... Pero pese a las grandes hazañas soñadas por los tipos de lentes de marco grueso de Chile, en un comienzo parecían más importantes que lo cotidiano, muchos exilados ni siquiera tenían muebles, porque el regreso podía ser en cualquier instante.
La impresión de Tres Tristes Tigres me volvió al cuerpo al ver la vida común de los chilenos de afuera, mientras se convertían en monstruos políticos de discurso pobre. Era extraño que los que no eran profesionales tenían más facilidades de trabajo que los intelectuales. La imagen de la Unidad Popular se materializaba hasta en el conflicto más ridículo, para mantener la unión...
Chile era una realidad distinta a lo que pasaba en el país, por eso molesta la imagen del cantante Fabio Luna que decía que el país estaba tranquilo... la intolerancia surgía una vez más... en fin... la historia no fue del agrado de la comunidad exiliada, era como un experimento de sociología, más que una película...
El tiempo ha pasado y Dialogos de exiliados se ha mantenido en el conjunto de las grandes películas que el exilio le dio a Chile, ahora las cosas se ven con otro tinte y Ruiz tuvo razón, cuando dejó que el rodaje fuera honesto, se arriesgo y mostró lo que pasaba en París. Mientras la solidaridad se confundía con la caridad.
Chile se convertía en unas asfixiantes paredes de una casa, todo ocurría en el interior... afuera estaba París con su grandeza de siempre, pero importaban poco los Campos Eliseos, o La Sorbone, La raiz estaba en el otro lado del mar, las cosas habían quedado como antes del golpe... la realidad comenzaba a desfigurarse y desvanecerse lentamente, el mundo ya cambiaba... y los diálogos que han plasmado los exiliados ahora parecen una fantasía de Macondo.
Un hombre desterrado.
No existe límite en el llanto,
no tiene término la muerte
que aquélla afrenta no conciba*.
Bonus Tracks
1.- Pélicula en IMDB
2.- Comentario de MABUSE
3.- Comentario de mQh
4.- Escenas de la película
5.- Fotogramas
* Luis Advis
Esta entrada fue publicada originalmente el 10 de diciembre de 2008.