Revista Opinión

Dialoguen

Publicado el 26 enero 2016 por Javier Marcos Angulo @clamorsegovia

Dialoguen
Es harto sabido, que cuando uno no quiere, es imposible que el otro dialogue. Dicho de otra forma si dos no quieren dialogar, pues eso, no dialogan.
Es tan obvio, como la soberbia de los humanos y si además son políticos, peor pues dicha soberbia se transforma en tozuda y eso es peligroso.
Los políticos tienen un enfrascamiento en repartir sillones, puestos en forma de ministerios, Me suena que durante la campaña de las elecciones del 20-D algunos se les llenó la boca de que España necesitaba un cambio. 
Y me pregunto: ¿no sabían que un cambio, siempre supone pactar, y que para llegar a buen puerto, esos pactos, hay que sentarse a dialogar?
Pero no, lo que hacen es arrojarse unos a otros flechas envenenadas, como si estuviéramos viendo aquellas películas del oeste americano que veíamos en nuestra niñez, por cierto, en donde los 'malos' eran los 'indios' y los buenos eran los invasores.
Pero esto que está sucediendo desde el 21 de diciembre pasado, no es el oeste americano. Tampoco esto es conquistar los cielos pasando por los cadáveres políticos.
Así no se consigue gobernar para los muy sufridos ciudadanos. No hay que ser más 'listo' que el enemigo. Lo que hay que ser, es honesto con los votantes y con los que no han votado, pues todos en definitiva, van a ser gobernados, no solamente los 26.216.699 votantes, que han dado las actas a los 350 diputados del Congreso.
El gobierno que llaman del cambio, es para todos los habitantes que poblamos el país, incluidos los bebés, que alguno pasearon por el hemiciclo de la Cámara Baja. 
Somos aproximadamente  46,5 millones de personas, y esos 350 diputados elegidos, tienen que pensar en todos, no solamente en los 26,2 millones que hemos depositado votos.
Lo que tienen que hacer es sentarse a dialogar y poner sobre la mesa los puntos importantes en donde  estén de acuerdo, para que los administrados podamos recuperar y mejorar con políticas tan importantes como la Educación, Sanidad, Empleo, Discapacidad, Justicia y en definitiva, dejen de tener peleas y se dediquen a lo que se tienen que dedicar. 
Estoy seguro, que no poniendo zancadillas propias y ajenas a los interlocutores, es posible que salgamos ganando todos los que vivimos en este país.
Dialoguen.

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