Estos días en toda la prensa internacional es noticia de primera página la modelo Naomí Campbell por haber aceptado hace unos años un diamante del ex presidente de Liberia, Charles Taylor.
El caso Taylor se encuentra en jucio en la Corte Penal Internacional, acusado de 11 cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad.
En 1991 el ejercito de Liberia, los rebeldes del Frente Revolucionario Unido, siendo presidente Chales Taylor, invadieron Sierra Leona, desencadenando un baño de sangre en el que 250.000 personas perdieron la vida y muchas otras fueron mutiladas.
Motivo: Tomar el control por parte de Liberia de los yacimientos de diamantes de Sierra Leona. Diamantes que ha sido utilizados como combustibles bélicos y de ahí el nombre de "diamantes de sangre".
La ONU, en colaboración con el sector de diamantes aprobó en 2003 ,el llamado Proceso Kimberley, un sistema de certificaciones diseñado para evitar que estos diamantes, productos de la rapiña y de la guerra, entren en el mercado legal.
El consumidor debe solicitar al vendedor, información sobre el origen de los diamantes que va a adquirir así como que su factura incluya la clausula del sistema de garantías del Proceso Kimberley.
Todo esto debió olvidársele a la modelo Campbell al recibir el diamante del dictador Taylor. Sí todo este revuelo, acelera el juicio contra este individuo, bienvenido sea el caso Campbell.