Después de unos días de descanso, hoy vengo a anunciaros un aniversario muy especial.
“El día que quiso parar siguió bañada en diamantes. Tan sólo quería pasar en Roma sus vacaciones... Ella es una chica pop, frágil como Marilyn por Warhol. Se llamaba Edda Kathleen, era un cuatro de mayo...”

4 de mayo de 1929, Suiza. Nadie sabe que acaba de nacer uno de los mayores mitos de la historia. Alabada por la crítica cinematográfica, elogiada por sus compañeros de reparto, convertida en ídolo por antonomasia de la cultura pop, gran madre, conocida por sus múltiples obras humanitarias...
Podría continuar una lista interminable de todo lo que es y ha sido Audrey Hepburn para la historia del cine, del arte y especialmente del mundo de la moda. Princesa Anna, Sabrina, Natasha, Jo Stockon, Ariane, Holly Golightly, Karen, Regina Lamper,Gabrielle Simpson, Eliza Doolittle, Nicole, Joana Wallace… Son algunos nombres con personalidad propia que gracias a Audrey han cobrado vida convirtiéndose en verdaderos iconos de la moda a nivel internacional.

Además de personalidad en cada uno de sus papeles, estos tenían un estilo muy particular que ha calado hondo. Audrey no seguía la línea que seguían las mayoría de la época: frente a un gran grupo de mujeres exuberantes como Marilyn Monroe o Elisabeth Taylor, apareció una chica alta y muy delgada que aparentemente no encajaba con el prototipo femenino que se buscaba. Aún así, supo hacerse poco a poco un hueco enorme dentro y fuera de la gran pantalla.

El gran Givenchy fue a lo largo de sus películas más conocidas, el encargado de vestirla. En un principio no confiaba mucho "en aquella muchacha flacucha que se presentó en su taller de forma repentina". Pero vio que Audrey tenía algo especial, un don natural que no tenían otras actrices. Una forma muy característica y particular de actuar y lucir cualquier tipo de modelo. Según Givenchy, Audrey poseía una "elegancia y estilo natural sin ostentación, innovadora, espontánea..."

Probablemente una de las primeras imágenes que se nos vengan a la mente cuando pensamos en Audrey sea cuando, bajo la melodía de Moon River, se paraba en el escaparate de Tiffany´s en Nueva York mientras se comía un croissant.
Este es uno de los más famosos estilismos de toda la historia, el gran ejemplo de cómo el cine y la moda van de la mano y en esta ocasión, son incapaces de vivir el uno sin el otro. El vestido negro con tirantes cruzados a la espalda, zapatos de tacón medio, collares, el peculiar peinado con mechas rubias, las gafas de sol a las que en un futuro prestó el nombre... son detalles que han quedado incorporados en el ámbito mundial de la moda y de la sociedad.







Audrey es, junto con Marilyn, un iconos que nunca morirá, especialmente en el mundo de la cultura Pop.

