Diana Vishneva para Condé Nast Traveller Rusia

Diana Vishneva protagoniza el número de diciembre-enero de la versión rusa de la revista de viajes Condé Nast, con un artículo sobre Paris, con bellas fotografías de Pascal Chevalier. Esta es la traducción de la versión original  del artículo que se encuentra en la web de la revista.

Intrincados bordados en trajes de oro, de las últimas colecciones de moda  de París. ¿Quién los puede modelar mejor que la gran bailarina Diana Vishneva?

Tristemente mirando el cielo gris de París, uno se  habría consolado con la cita de Voloshin, “La lluvia en París florece como una rosa gris”. El poeta, sin embargo, no había pensado en la ropa de las nuevas colecciones de Louis Vuitton y Dolce & Gabbana, que para nada querían  florecer bajo la lluvia. También teníamos que fotografiar a la estrella de ballet, Diana Vishneva – el temor de la bailarina coger un resfriado bajo la lluvia no impidió que el fotógrafo Pascal Chevallier suavemente pero con firmeza, le pidiera que posara sin paraguas. Pero Diana nos dio  una clase magistral, y mientras todo el equipo se acurrucaba bajo los paraguas, ella, con una sonrisa radiante, haciendo pasos de ballet, con tacones de 10 centímetros de  Fendi y una falda  bastante apretada de Giambattista Valli.

“Es la primera vez que estoy en París con este tiempo. Pero  en esta ciudad tengo  siempre un estado de ánimo romántico que la lluvia no  puede echar a perder “, – explica Diana.

Su  primera vez en París fue a los 12 años con la Escuela Vaganova, que vino de gira. Este fue su primer viaje al extranjero. Pero, primero, los jóvenes bailarines estuvieron en Amsterdam, que le pareció a Diana lindo, acogedor, como San Petersburgo por sus canales y la atmósfera en general. Y luego llegó París. Y fue un shock.

“Antes del viaje, nos estuvimos preparando mucho tiempo, la preocupación de no saber responder a la opulencia occidental. Imagínese niños soviéticos llegando a la frontera! - dice Diana riendo. - Pero a pesar del hecho de lo que se pensaba en la Rusia de entonces, a finales de los años 80, nada de eso sucedió. Pero recuerdo que no mucho antes yo había leído “El jorobado de Notre Dame” y, frente a Notre Dame, asombrada dije, ‘así que, aquí es donde Quasimodo estaba volando!’.  Por otra parte, entonces el ayuntamiento lo estaba restaurando, ni siquiera se  podía entrar. Vivíamos en algún lugar cerca de Chatelet, no nos dejaban ir a ninguna otra parte,  sólo hubo una visita  general, sin salir nunca del centro. Pero para mí, sólo en el mismo nombre- París! - había una magia especial. E incluso entonces sabía que volvería aquí. Pero, por supuesto, aún así yo no podría haber soñado que saldría al escenario de la Grand Opera. “

La bailarina Diana Vishneva  regresa a la capital francesa en mayo de 2002 – a bailar en “Don Quijote” en la compañía de la Ópera de París en el Teatro de la Bastilla. ”El espectáculo se llevó a cabo el 14 de julio, en un día muy importante para los franceses –  en la Bastilla. Así que, yo tenía mi propia “toma de la Bastilla”.Después de seis meses bailé con el Mariinsky Theatre en el teatro del ‘Chatelet’, al año siguiente – una vez más, la Ópera de Paris y “Manon”  con Manuel Legris. Ahora los balletómanos franceses esperan de sus visitas y se quejan de que la parada por París no es suficientemente larga.

“Mañana voy a la Opera – dice Diana en las pausas entre poses. - Cada vez que estoy en París, aunque sólo sea para saludar a los  amigos, voy a buscar allí. Siempre me reciben calurosamente, y se ha convertido en mi tradición parisina “.

En París, a Diana le encanta el Sacre Coeur y su larga escalera, que ofrece una magnífica vista de todo París. Una peterburguesa como ella ama el río Sena. Su barrio favorito es el Marais, dónde siempre es gradable dar un paseo con los amigos. No le gustan los Campos Elíseos. Y la Torre Eiffel  sólo desde la distancia. ”Prefiero el  mercado de pulgas de Saint-Ouen al norte de París, donde se puede caminar entre las miles de tiendas de antigüedades que componen la ciudad. Hay un antiguo restaurante llamado Chez Louisette, para sumerguirse en el lejano París y escuchar Edith Piaf en el la voz de una celebridad local, Manuela “- dice Diane. A ella le gusta pasear por los cementerios parisinos, y recuerda lo importante que era para visitar la tumba de Nureyev, y el tiempo que buscó  la tumba de Sarah Bernhardt, Edith Piaf, Rossini, Chopin.

Las vacaciones de la  bailarina – en el mar, con tranquilidad y sin gente Recientemente, regresó con su marido desde Grecia. ”Mis lugares favoritos – Grecia e Italia. En primer lugar, no puedo vivir sin el mar. En segundo lugar, ahí cada piedra respira historia y cultura, ya que estos países se encuentra en el origen de nuestra civilización. En Italia, cada pequeño pueblo tiene su propio teatro, galería. En Grecia, lo mismo. Hay una energía increíble que se siente en todo. “

Y, por supuesto, a Diana le encantan todo tipo de spa y masajes, lo principal de las vacaciones para la bailarina – rejuvenecer, relajar los músculos cansados. ”El masaje de pies en China es  absolutamente increíble”, – dijo.

“El sueño de mi marido es llevarme  a Hawaii! - dice Diana, soñadora. - Él fue allí a menudo, y muchas veces habla de lo perfecto que és. Lo más importante – no ir a la famosa playa de Honolulu Waikiki, siempre llena de turistas con camisas hawaianas, o a la  pequeña isla de Kauai, donde se filmaron escenas de la película “Jurassic Park”. Hay una hermosa isla llamada Niihau, donde todavía hay pueblos indígenas que hablan el idioma hawaiano -. A los turistas no se les permite ir, sólo se puede llegar en barco a ver esta naturaleza “

“Hasta el momento la más estrecha relación entre el hombre y la naturaleza,la  vi en Australia, dónde mi hermana vive con su familia. También pudimos explorar  lugares increíblemente hermosos. Pero era demasiado largo el vuelo “, – dice Diana.

El año pasado, la tradición de vacaciones en la playa se rompió. Diana y su esposo Konstantin tomara el coche y se fueron por el norte de Francia – Deauville, Trouville, Honfleur, los acantilados Etretat , monte Saint-Michel, la encantadora Saint-Malo. ”Regresamos a París, con parada en los castillos del Loira, pero  ahora no me acuerdo de los nombres…

“Soy muy mala  para recordar nombres y títulos – casi en tono de disculpa, explica Diana. - Debe de ser por compensación. Mi cuerpo recuerda  increíble número de ballets. Será por eso  que la cabeza a veces se apaga. De todos modos – muchos nombres “.

Vamos a uno de los puentes más fotogénicos de París – El pont des Arts, uniéndose al Louvre y la Academia francesa, con una vista de la flecha de la  Ile de la Cité. La vista no se echen a perder los candados que cuelgan los amantes  en los últimos tiempos (ahora se dejan incluso bicicletas – si la cadena es tan fuerte como nuestro amor). ”Oh, estamos cerca de Chatelet? - En la voz de Diana suena la alegría del reconocimiento. - Hace unos años me compré un perrito aquí. Labrador. Yo lo llamaba Hugo, Hugo. Por desgracia, con mi horario es bastante imposible mantener un perro. Y me encantan los animales. No podía soportar ver sus ojos tristes, cuando me tenía que ir. Tuve que dárselo a unos amigos. Ahora sólo tengo un gato persa que vive con mis padres. “

Llegamos al hotel “Bristol”, los interiores palaciegos son perfectos para los vestidos de noche y demás piezas de las colecciones de invierno de lujo. Mientras que Pascal pone la luz Diana  acaricia con entusiasmo a un gato faraón, que casi se funde con las manchas de color beige de mármol del suelo. Algunos turistas entusiastas miran hacia nuestro equipo, y a Diana en un lujoso  vestido dorado de Elie Saab. Ella me entrega al gatito y de en una mezcla de anglo-francés, ayudádo con gestos me  preguntan: «-vous pouvez … take a picture … la foto ».  Me dirijo a Diana y tímidamente le pregunto si puede posar con un fan. Diana levantó una sonrisa forzada, y aquí – vergonzoso! - Entiendo que la mujer quería hacerse una foto con el gato, y no con Diana.”No hay otra estrella más aquí ” – ríe Vishneva divertida,  incluso con cierto alivio.

Diana recuerda que un par de años atrás en el “Bristol” participó como modelo en el desfile de moda de  diseñadora de moda de San Petersburgo Tatiana Parfenova, que presentaba aquí su colección, “Ballerina”, donde sobre la música se contaba el destino de unas niñas del Petersburgo de la revolución, cuyo destino les llevó a París.

Diana, a pesar de la turbulenta situación actual en Rusia no va a marcharse.  De todas formas, ella no vive en ningún lugar de forma permanente. ”Me encanta el cambio, no puedo permanecer mucho tiempo en un solo lugar. Soy muy aficionada a San Petersburgo, pero vivir allí durante mucho tiempo  es difícil, sobre todo en otoño e invierno. Me encanta ir y volver. Por supuesto, a veces después de la huida me despierto y no puedo averiguar dónde estoy. Tenemos que correr al teatro, pero a qué? Pero yo no diría que es una desventaja – que me permite conocer gente, culturas y países. Mi sueño es viajar a la India, Nepal y el Tíbet, a la Isla de Pascua, por último llegar a Hawai. Hasta ahora, todos mis viajes están asociados principalmente con el teatro, espectáculos, compañías con las que yo trabajo. Pero pronto vendrá una aventura, sin trabajo – un viaje a Isla Mauricio. Dicen que es un paraíso. “

Y, también, unas fotografías del francés Vincent Perez de bailarines del Bolshoi (podemos reconocer a Nikolai Tsiskaridze, Maria Alexandrova y Ekaterina Shipulina). Forman parte de la exposición ‘Bolshoi’ que se expone en la galería RUarts de Moscú: