Estimado Capitán:
Hoy quiero hablarle de una raza de seres que habitan la Tierra llamada abuelos (abus y yayos para muchos). Le explico brevemente cómo es la cadena familiar en este planeta. Los humanos son mamíferos. Dentro de los mamíferos hay los que maman y los que chupan. A estos últimos se les llama políticos, pero esa es otra historia.Vamos a lo que vamos.
Cada humano nacido tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, 16 tatarabuelos y así nos podemos remontar hasta los tiempos de Mari Castaña que debe ser la persona más antigua de este planeta, seguramente la madre de todos, ya que sale mucho en las conversaciones.
Es decir, que los lechones tiene cuatro abuelos. Dos de ellos son mis padres terráqueos. ¿Lo va pillando Capitán? Abuelos primerizos. Esto ya merece un estudio a mayores. Los otros dos abuelos, los padres de Ovugirl, tienen ya un nieto y ya saben cómo va esto del abuelismo. Son los Cristiano Ronaldo de los abuelos. Pero mis padres no. Becarios con 70 años.
No me malinterprete Capitán; mi madre, (a quien para mantener su anonimato me referiré a ella como Doctora Vergara) está muy contenta por haber sido abuela a los 70. Bueno, contenta no. Hay que ir mucho más allá con la definición. Decir que mi madre está contenta por ser abuela sería como decir que Frank Sinatra entonaba. Digamos que está fuera de sí de alegría. Parece que el 6 de octubre de 2105 se comió un ácido y no ha vuelto a ser la misma. Vive en una nube de amor y gumibayas desde entonces.
—¡Ay mis nietecitos que me los como! ¡Ay ay ay! ¡Qué cositas, que guapos! ¡Ay! ¡Gordo precioso!
Gordo precioso. Ojo.
Con el tiempo un niño orondo es testigo impotente de como el tono y el mensaje cambian. Si no logra bajar de peso se convertirá sin remisión en otro tipo de gordo, el gordo cabrón, pero ese también es otro tema.
Y todo esto es SIEMPRE. Aderezado con un ruidito inclasificable allí y una frase ininteligible allá. Además les habla con alegría/pena/melancolía como si estuviese rodando siempre la última escena de Titanic. Como el cantante de Alegría de vivir que tú lo escuchas y piensas: “Hombre contento lo que se dice contento no estás. A ti algo te pasa”.
Puedo imaginar perfectamente la conversación de los mellizos mientras en sus Maxi-Cosis y de espaldas al mundo nos acercamos a casa de la abuela Tesy.
—Oye tú, este camino me suena.¿Sabes a dónde nos llevan?
—Pffff. Yo que sé, solo soy un bebé. No sé orientarme, a mi todo me parece igual, pero sí que me suena.
—¿Te cuento mi teoría?
—Dale.
—Yo creo que vamos a casa de las señora esa que canta como un Mogwai.
—¡Hostia tú! ¡Esa es la abuela Tesy!
—¡Esa! Es que para los nombre soy horrible y hay tanta gente. Esa es la que nos habla como si fuésemos bebés.
—Somos bebés tontolaba.
—Bueno, visto así. ¿Pero por qué nos tiene que hablar así?
—A lo mejor no puede evitarlo. ¿A ti te hace gracia?
—Al principio me daba miedo, pero ahora me gusta. Lo que me inquieta es cuando canta “La Nana”.
—Pues es mejor que la canción que va a Eurovisión.
—Hombre eso ya. ¿Te doy un consejo para que pare de cantar?
—Dime.
—Hazte el dormido. Se cree que ha funcionado y se va.
—Eso es como hacerse el muerto en la guerra ¿no?
—Exacto.
—Pero tú te has dado cuenta que en realidad todo el mundo nos habla así, ¿no?
—Será que somos mamíferos.
—Será…
Capitán,¿qué haríamos sin las abuelas, los abuelos, los tíos y las tías? Inimaginable.
Menos mal.
Aquí el documento informe visual Capitán.
Debería instaurarse el día de los abuelos. Ah no coño…ya lo hay. Es el domingo.