Estimado Capitán:
Le explico un poco como va la cosa. En este planeta hay países en los que cuando alguien tiene un lechón puede dejar su trabajo un tiempo para encomendarse a la tarea de estar con su familia. En España, lugar de mi misión, ese intervalo de tiempo es de cuatro meses en el caso de las hembras y de un mes y una semana en el caso de los machos.
Permiso de paternidad de 5 semanas
Teniendo en cuenta que las crías humanas tardan:
En empezar a andar: Entre 9 y 12 meses. Al cabo de 12 meses andan, sí, pero con menos equilibrio que Bertín en el postre.
En empezar a hablar: A partir del año. Los padres de la tierra deberían aprovechar este paréntesis que después no callan. Aprenderán castellano, inglés, gallego y no sabrán estar callados en ninguno.
En empezar a controlar los esfínteres: Unos tres años. Aunque a algunos nos lleva toda la vida dominar la Operación Pañal.
Y las más importante. Si un hijo necesita de una manera u otra a sus padres durante toda su vida imagínese al principio Capitán.
Solo con estos datos biológicos/fisiológicos se desprende una conclusión inopinable.
Los humanos que diseñan estos permisos son una raza de gilipollas.
No lo digo yo, lo dicen periódicos tan importantes como este que ya va avisando de que los críos necesitan muchos cuidados en los primeros 1.000 días de existencia. ¡1.000 días! Un bebé necesita sentirse arropado, querido y amado como el becario de Josep Pedrerol.
¿Se puede creer Capitán que hay países en los que el padre no tiene ni un solo día de permiso? Es cierto.
En otros como Austria tienen hasta tres años. ¡Y los padres pueden pillar más días de permiso que las madres! Los pediatras que son unos profesionales que estudian mucho aseguran que al menos el permiso debería ser de seis meses.
Cuando los lechones llegaron al mundo en 2015 disfrute de dos semanas, 15 días que se vieron incrementados en tres días más al ser mellizos. Con ese baremo tan bien calibrado Ovugirl tendría que haber parido siete hijos para llegar a las cinco semanas actuales de permiso de paternidad que siguen siendo de coña. ¡Mire que me lo pasaba yo bien en el permiso de paternidad! Estrenando familia, preparando biberones cada dos horas que ya casi que me quedaba dormido en la cocina con la misma postura. Una delicia.
Menos mal que existen unos señores autoproclamados políticos que anteponen el bien común a su interés personal.
Perdón Capitán que me lío con el lenguaje humano. Los que anteponen el bien común a su interés personal son los gnomos. Y esos no existen. No, Errejón no cuenta.
Aquí va un vídeo de mi experiencia con los lechones.
Salud Capitán.
P.D. Recuerde compartir.