Estimado Capitán:
Seamos sinceros. Hay determinados momentos en los que nuestros lechones se ponen tan tontos y pesados que nos hacen perder los estribos. Esta situación se puede dar en dos tesituras totalmente opuestas que clasificaremos según el lugar en el que se produzcan.
No son solo rabietas, también computa cuando se ponen pesados, cuando no quieren dormir o directamente nos vacilan como dos Pablo Motos en miniatura (más miniatura quiero decir). Ahora se habla de métodos, de respiración, de control de las emociones...En mi época muchos padres arreglaban las rabietas a la antigua usanza.
A hostias.
A mí alguna me cayó (aunque mi madre y mi padre aseguran que no lo recuerdan debido a un fenómenos que se llama memoria selectiva, mecanismo por el cual cada uno recuerda -como dicen en Galicia- o que lle peta) y no pasa nada. No tengo traumas ni nada de eso. Salvo por lo del pitido en el oído derecho y esas voces de vez en cuando. Por el resto bien. Eran los ochenta y solo había que ver a Pedro Almodóvar para entender que valía todo.
Ahora que soy padre, creo que razonar con un niño es a veces imposible y con dos de la misma edad ya dan ganas de tirarse por la ventana: empiezan a vacilar de noche, actúan en comandita, se parten su miniojete y uno no sabe si reírse (la verdad que tienen mucha gracia) o amordazarlos y atarlos a la cama. En numerosas ocasiones e intentado razonar con ellos, pero tras explicarles que tienen que irse dormir, que mañana hay cole, que hay que descansar y todo eso su respuesta consiste en una pedorreta y una carcajada doble. Entonces me pongo en modo padre, pongo voz de Thanos y les doy un ultimátum.
-A la cama a la una, a la cama a las dos, dos y medio...
Tiemblo mientras espero el día que se den cuenta de que más allá del tres no hay mucho más plan. Por si acaso ya me he pedido este libro para mejorar en este aspecto y lograr que me hagan caso de una vez por todas. Muy recomendable.
Perdón que estaba buscando otra cosa.
Esto ya es para nota. ¿Cómo abroncar a tus hijos cuando se pasan en la calle? Y con pasar me refiero a cuando se ponen en peligro a sí mismos. sobre todo a la edad de los lechones que no saben aún calibrar los peligros. Escaparse o correr son prácticas habituales a esta edad. ¿Qué hacer cuando tu hijo corre hacia la carretera? Pues hay que intentar correr más que él. Corres con la cara desencajada. Pareces Bárbara Rey en el dentista. Le gritas para que pare, pero él te mira, se ríe y corre más. ¿Igual es mejor que pare yo? Seguro que él para. Eso decía aquel artículo. ¿Y si no para? Aceleras, corriendo a una velocidad que ríete tú del Kipchoge ese. Y es que corren. Son como Chucky. ¿Cómo pueden dos piernitas así alcanzar tan velocidad? Y entonces tras un sprint inhumano lo pillas por donde lo pillas: camiseta, pelos...Es la técnica de Montoro. Pillas lo que agarres.
Admiro a esos padres que ante ese momento de pánico son capaces de dar largas charlas constructivas sobre la necesidad de no escapar, pero a mí me dan ganas de hacerle una reforma capilar total en la patilla. Aquí va un artículo que da consejos para evitar esta situación. Ese no está mal para prevenir, pero cuidado con los artículos que ojito a las explicaciones.
(Sacado de Internet)
- Explicación, siempre necesaria. Dile que cuando salgáis él debe permanecer al lado de mami/papi y que por lo tanto si sale corriendo papá y mamá se enfadará. (EXPLICADOS SALEN EXPLICADOS DE CASA TODOS LOS DÍAS)
- (ACTUAR. Si sale corriendo es necesario que lo sujetéis lo antes posible (NO TE JODE) y le expliquéis (que se os note un poco enfadados) QUE SE OS NOTE UN POCO ENFADADOS JODER CON FERNANDO TRUEBA)
- Que ahora cómo consecuencia deberá estar 5 minutos con la mano cogida a mami/papi. (PERO VAMOS A VER ALMA DE CÁNTARO SI EL PROBLEMA ES QUE SE SUELTAN)
- Probablemente llorará pero vosotros deberéis cumplir con vuestra consecuencia.(PUES SÍ, PROBABLEMENTE SÍ)
- ¿Si vuelve a ocurrir? Volver al paso 2. (O SEA: AL SUJETARLO LO ANTES POSIBLE. Y ENTRAMOS EN BUCLE)
En fin Capitán que cada uno se arregle como pueda que a un servidor le da la risa.