Montar en bicicleta, bailar, silbar, mirar el mundo, sentirme joven, saber que soy libre, eso es lo que anhelo, y sin embargo no puedo dejar que se me note, porque imagínate que todos empezáramos a lamentarnos o pusiéramos caras largas... ¿Adónde iríamos a parar?
A veces me pongo a pensar: ¿no habrá nadie que pueda entenderme, que pueda ver más allá de esa ingratitud, más allá del ser o no ser judío, y ver en mí tan sólo a esa chica de catorce años, que tiene una inmensa necesidad de divertirse un rato despreocupadamente?"
Ante las numerosas y populares medidas antisemitas decretadas en Alemania por Hitler, Ana huye de Fráncfort del Meno junto a sus padres y su hermana Margot, para instalarse en Amsterdam (Holanda).
Para cuando allí se empiezan a sentir los tentáculos de la segunda Guerra Mundial, la contienda ya está demasiado avanzada para intentar salir del país y los Frank no tienen más remedio que empezar a buscarse un buen escondrijo.
"La Casa de Atrás", en el edificio que alberga las oficinas de la empresa de su padre en la calle Prinsengracht 263, parece la opción perfecta. Y así, el 9 de julio de 1942, comienza su nueva vida "de escondidos", junto al matrimonio Van Daam, su hijo Peter, y Dussel (el último en incorporarse).
Varias personas les ayudan en la clandestinidad llevándoles comida, regalos y sobre todo libros "Siempre esperamos con gran ansiedad que llegue el sábado, porque entonces nos traen los libros. Como cuando les traen regalitos a los niños. Es que la gente corriente no sabe lo que significa un libro para un escondido. La lectura, el estudio y las audiciones de radio son nuestra única distracción".
Pero el bien más preciado y valioso que tiene Ana es Kitty. Kitty es el apodo que le pone a su diario, el mejor regalo que recibió en su décimo tercer cumpleaños "Me parece que lo mejor de todo es que lo que pienso y siento, al menos lo puedo apuntar; si no, me asfixiaría completamente." "Por eso, al final siempre vuelvo a mi diario: es mi punto de partida y mi destino, porque Kitty siempre tiene paciencia conmigo"
Con ella, irá descubriendo sus dotes de escritora, su evolución personal, física y psicológica. A ella le contará todas sus intimidades, sus sueños, "Más tarde me gustaría mucho escribir, e incluso ser escritora, o al menos no dejar de escribir aunque ejerza una profesión o desempeñe alguna otra tarea", sus propósitos de futuro "Debo seguir estudiando, para no ser ignorante, para progresar, para ser periodista, porque eso es lo que quiero ser", sus esfuerzos por no desfallecer ante las horribles atrocidades que escuchan cada día por la radio "Afuera es terrible. Día y noche se están llevando a esa pobre gente, que no lleva consigo más que una mochila y algo de dinero. Y aun estas pertenencias se las quitan en el camino. A las familias las separan sin clemencia: hombres, mujeres y niños van a parar a sitios diferentes. Al volver de la escuela, los niños ya no encuentran a sus padres. Las mujeres que salen a hacer la compra, al volver a sus casas se encuentran con la puerta sellada y con que sus familias han desaparecido"
El ambiente en La Casa está cada vez más enrarecido, el miedo, la escasez de comida, provoca continuas discusiones.
"Los escondidos permanecen encerrados las 24 horas del día. Cuando hay gente trabajando en el almacén de la planta baja, deben guardar silencio absoluto. Durante el día, tienen que evitar en lo posible tirar de la cadena del inodoro, ya que las tuberías del desagüe pasan por el almacén. La estrechez del refugio y el temor a ser descubiertos hacen que aumente la tensión y se produzcan reiteradas disputas".
La mala relación que mantiene con su madre (a veces, incluso cree que la odia) y lo poco que la entiende su adorado Pim, su padre, y su hermana Margot, propician que Ana se sienta la mayor parte del tiempo sola e incomprendida.
"Intento aferrarme a papá, porque cada día desprecio más a mamá, y porque papá es el único que todavía hace que conserve mis últimos sentimientos de familia. Papá no entiende que a veces necesito desahogarme sobre mamá. Pero él no quiere hablar, y elude todo lo que pueda hacer referencia a los errores de mamá. Y sin embargo es ella, con todos sus defectos, la carga más pesada. No sé qué actitud adoptar; no puedo refregarle debajo de las narices su dejadez, su sarcasmo y su dureza, pero tampoco veo por qué habría de buscar la culpa de todo en mí. Soy exactamente opuesta a ella en todo, y eso, naturalmente, choca. No juzgo su carácter porque no sé juzgarlo, sólo la observo como madre. Para mí, mamá no es mi madre".
Ella nunca pierde la esperanza de que todo el horror que está viviendo termine, de que todo vuelva a la normalidad, de poder disfrutar en libertad de la naturaleza, de cada pequeño y sencillo detalle que su anterior vida le proporcionaba.
"He llegado al punto en que ya me da lo mismo morir que seguir viviendo. La Tierra seguirá dando vueltas aunque yo no esté, y de cualquier forma no puedo oponer ninguna resistencia a los acontecimientos. Que sea lo que haya de ser, y por lo demás seguiré estudiando y esperando que todo acabe bien".
Pero las cosas mejoran para Ana, cuando los lazos con Peter (tres años mayor que ella) empiezan a estrecharse y encuentra por fin alguien en quien confiar, alguien que la entienda, que la acepte, que la escuche.
¿Será su amistad lo suficientemente intensa para tapar la falta de cariño y la gran soledad que ambos sufren? ¿Llegarán a ser algo más que amigos? Annelies Marie Frank nació en Fráncfort del Meno (Hesse, Alemania), y fue la segunda hija de Otto Heinrich Frank y su mujer, Edith Hollander.
Junto con sus padres y su hermana mayor, Margot, tuvo que mudarse a Ámsterdam, huyendo de los nazis. Allí le regalaron un diario al cumplir los trece años.
Muy poco después, su familia tuvo que ocultarse en un escondrijo, "La Casa de Atrás" como lo llamaba en su diario, situado en un viejo edificio en el Prinsengracht, un canal en el lado occidental de Ámsterdam, y cuya puerta estaba escondida tras una estantería.
Allí vivieron durante la ocupación alemana y escribió en su diario todo lo acontecido desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944, fecha en la que fueron capturados y enviados a distintos campos de concentración, cuando faltaban unos pocos meses para que acabara la guerra.
Margot y Ana pasaron un mes en Auschwitz-Birkenau y luego fueron enviadas a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus en marzo de 1945, poco antes de la liberación.
Otto Frank sobrevivió y regresó a Ámsterdam. Cuando Miep (una de las personas que les ayudaron durante el encierro) le dio el Diario que había encontrado escondido en La Casa y tratando de cumplir póstumamente la voluntad de su hija de convertirse en escritora, decidió intentar publicarlo.
Hoy día, ha sido ya impreso en 70 idiomas y figura entre los 10 libros más leídos en el mundo en los últimos cincuenta años, junto a "La Biblia", "El Libro Rojo de Mao", "Harry Potter", "El señor de los anillos", "El alquimista", "El código Da Vinci", "Crepúsculo", "Lo que el viento se llevó", "Piense y hágase rico".
Pero no siempre lo más popular es lo mejor, está claro. De los diez, yo he leído sólo cuatro. ¿Cuéntame, cuantos has leído tú?
Puede que a alguno le sorprenda que a estas alturas de la película no hubiera leído el famoso "Diario de Ana Frank". Pues sí, en el Instituto nunca me lo mandaron leer y a mí nunca me atrajo de forma especial.
La habitación de Ana
Cuando en mi viaje a Amsterdam este último mes de Julio, un guía nos comentó que se trataba de uno de los libros más leídos de los últimos cincuenta años, me hizo preguntarme ¿como puede ser posible que todavía no haya caído en mis manos esta novela?Situación de La Casa, cerca de la Iglesia del Oeste, en Amsterdam
Estantería tapando la puerta de la entrada a La Casa
Y sin más, me propuse ponerme con ella cuanto antes, movida también por la curiosidad que me suscitó ver la casa donde estuvieron escondidos (sólo por fuera, porque la cola para verla por dentro era infinita y no estuvimos por la labor…)
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Gustarme me ha gustado, pero…, a ver si soy capaz de explicar lo que me ha ocurrido con esta lectura:
¿Que sabía yo de el Diario de…" antes de empezarlo? Pues supongo que no más que cualquiera de vosotros: que Ana Frank era una adolescente judía que escribió un diario en el que contaba todo lo vivido durante el tiempo que estuvo escondida en Amsterdam con su familia, hasta que los delataron y fueron trasladados a campos de concentración. Que Ana murió de tifus y que su padre sobrevivió a la guerra y decidió publicar su diario y poco más.
Hasta aquí todo bien bien, pero cuando termino el libro y comienzo a investigar un poco sobre las circunstancias de su publicación y la veracidad del mismo, empiezo a darme cuenta de que puede, sólo puede (no está nada claro, hay quién lo afirma y hay quién lo desmiente) que el Diario sea falso, que no lo escribiera Ana, algo que me desilusionó bastante. El mayor encanto que a mí me transmitía, era el estar en verdad escrito por esa niña, víctima como tantos otros del Holocausto nazi, pero que vivió en sus propias carnes todos y cada uno de los hechos de la narración. Y ese encanto se había difuminado como por arte de magia, ya no era lo mismo. De hecho, estoy segura de que si llego a saberlo previamente, nunca habría dado el paso de leerlo.
"Algunos defienden la idea de que el Diario de Ana Frank es falso diciendo: El Departamento Criminal Federal afirmó que parte del manuscrito había sido escrito con bolígrafo, invento introducido en 1951... La perito calígrafa Minna Becker dictaminó que todos los textos del Diario provenían de una sola caligrafía y que por lo tanto, quien hizo el manuscrito añadió anotaciones con bolígrafo, lo que significa que Ana Frank no pudo ser la autora del diario... Además, David Irving, dice que contrastó dos documentos, uno con la caligrafía auténtica de Ana Frank, correspondiente a las cartas enviadas por ella en esa época, y otro con las anotaciones del diario. Llegó a la conclusión de que ambas caligrafías no eran de la misma persona".
Y aunque por su parte, la Fundación Ana Frank niega la veracidad de estos argumentos e incluso han tomado en ocasiones medidas judiciales obteniendo siempre sentencias favorables, a mí ya me queda la duda. Porque además no lo veo tan improbable, porque ciertamente durante la lectura, lejos de sospechar algo así, recuerdo haber pensado en más de una ocasión que algunas de las cosas que Ana decía o pensaba, eran demasiado elaboradas para alguien de su edad, que no me parecía que una chiquilla de 13 años pudiera pensar y escribir con tanta madurez.
Además, esta no ha sido la única polémica. En 1998, se descubrieron cinco páginas inéditas que contenían descripciones comprometidas de la vida conyugal de los padres de Ana y sobre todo de su madre. El Instituto Holandés Estatal de Documentación de Guerra (NIOD) al que Otto Frank legó todos los escritos, autentificó dichas páginas y en el año 2001, en la quinta edición del Diario de Ana Frank, se incorporaron por primera vez las cinco hojas inéditas.
Pero francamente no sé que pensar. ¿Alguien tiene una opinión formada al respecto?. Me encantaría escucharla...
Por otro lado me ha resultado conmovedor leer a cada momento a una Ana esperanzada, con unas ansias tremendas de llegar a ser algún día periodista y escritora, conociendo de antemano el final, su final.
"No quiero haber vivido para nada, como la mayoría de las personas. Quiero ser de utilidad y alegría para los que viven a mi alrededor, aun sin conocerme. ¡Quiero seguir viviendo, aun después de muerta! Y por eso le agradezco tanto a Dios que me haya dado desde que nací la oportunidad de instruirme y de escribir, o sea, de expresar todo lo que llevo dentro de mí. Cuando escribo se me pasa todo, mis penas desaparecen, mi valentía revive. Pero entonces surge la gran pregunta: ¿podré escribir algo grande algún día? ¿Llegaré algún día a ser periodista y escritora?"