Juan Martorano
El título de la presente edición de esta columna se la tomo prestada de un buen amigo y comprometido revolucionario, me refiero al ingeniero Oscar Rattia, quien se encuentra residenciado en el estado Amazonas. Y creo oportuno tomar esta frase como análisis para explicar lo sucedido ayer en el país.
Para ponernos en contexto, ayer domingo 12 de septiembre de 2021, día 546 de la contingencia en Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, se registraron fluctuaciones eléctricas en no menos de 18 entidades federales de la geografía nacional. Y esto en esta coyuntura no es cualquier tontería.
Esto tomando en cuenta que restan 69 días para la celebración de unos comicios regionales y municipales que han sido catalogadas como megaelecciones, las cuales, tal y como lo señala el amigo Rattia, se darán en un contexto de Guerra Cantada y Declarada, o como lo indicó el General en Jefe, Vicepresidente Sectorial de Obras y Servicios Públicos y Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica, Néstor Luis Reverol Torres, parte del plan de sabotaje permanente y de guerra multiforme contra el heroico pueblo de Simón Bolívar.
En el día de ayer domingo 12 de septiembre de 2021, como lo denunció el General en Jefe Reverol, se produjo un ataque terrorista a la subestación Aragua, ubicada en Santa Cruz, municipio Lamas del estado Aragua, específicamente a un autotransformador de 230/115 KVA, lo cual produjo una explosión.
Esta es la causa fundamental de las fluctuaciones ocasionadas en el día de ayer en el sistema interconectado que ha producido pérdidas de generación, lo cual ocasiona pérdida de carga en varios estados del país.
En anteriores entregas de esta columna, había señalado que había elementos a considerar para pensar en un fin de año infinitamente mejor que el anterior, ya que ha habido algunos signos de que nuestro país levanta cabeza y de que algunas señales en la restitución de la calidad de vida de la población. Pero para ello hay que lograr mayores niveles de estabilidad política que las logradas hasta ahora por una conducción acertada del Presidente Nicolás Maduro en el confinamiento y neutralización de los sectores más fascistas de la oposición venezolana. De alguna manera, en el frente interno a mi parecer, esto ha sido logrado por el Alto Mando Político y Militar de la Revolución.
Pero como además de ello, hay que lograr una estabilidad política a nivel internacional, producto de las políticas de asedio y bloqueo contra el país a través de las administraciones de Obama-Trump y quieren incluir a Biden en esa comparsa, es por ello que en realidad los voceros del Presidente Maduro en la Mesa de México se están sentando no con los de una oposición que pueda presentarse como alternativa y con un proyecto de cara al país, sino como fichas de la estrategia de las políticas de injerencia y tutelaje, que desde EEUU se pretende en contra de Venezuela.
Ya en una entrega anterior hacíamos la advertencia de que la firma de los Acuerdos Parciales entre el Gobierno Bolivariano y esta representación de los sectores de la extrema derecha venezolana no comprometen a los verdaderos dueños del circo: A Colombia y EEUU, quienes son los primeros interesados en descarrilar las negociaciones de México y retomar las salidas de fuerza y los atajos fuera del marco constitucional.
Iván Duque es uno de los principales actores que presiona y está muy activado por su interés y el de los sectores que encarna, para sabotear la posibilidad de una salida política a los problemas que afectan a las venezolanas y a los venezolanos. Nadie puede negar que el ataque recientemente suscitado en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, en un puesto militar del ejército colombiano, por parte de supuestos integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que de manera irresponsable Duque señale que dicho ataque fue planificado desde Venezuela no es más que una Operación de Falsa Bandera para justificar una acción violenta que conduzca a la deposición del Presidente Constitucional y Legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
Tampoco podemos olvidar que mientras se firmaban los primeros acuerdos parciales, Duque encabezó en un acto que no dudo en catalogar como un acto de piratería de nuevo cuño, el asalto a la empresa Monómeros, a fin de obligar el levantamiento de la Mesa de la delegación del Gobierno de Nicolás Maduro. La explicación sobre esto ya la di en anteriores entregas de esta columna.
Esto aunado a las declaraciones recientes de James Story, quien indicó que ya trabaja con Canadá y la UE para activar nuevas rondas de “sanciones” contra Venezuela en caso de que la mesa no arroje resultados. Yo de antemano me preguntaba: ¿Qué sabrá éste nefasto personaje que nosotros no sabemos? Y creo que esa interrogante ya comienza a tener algunas respuestas.
El propio Presidente Nicolás Maduro ha señalado en recientes intervenciones por medios de comunicación sobre las amenazas que se ciernen a las conversaciones que se viene dando entre sus voceros y los de la oposición guaidosista como el la llama, en la mesa de México. Había indicado que en los próximos días a través de informaciones que probablemente suministrará oportunamente el debutante Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidente Sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, Almirante en Jefe en la honrosa situación de reserva activa, Remigio Ceballos Ichaso, sobre los planes que desde Colombia y EEUU se pretende en contra de las instituciones y la paz de Venezuela.
No puedo pasar por debajo de la mesa, que este ataque, este ensayo terrorista, va dirigido y esto es muy importante señalarlo, a afectar la infraestructura de cara a las megaelecciones. Aprovechándose de vulnerabilidades que ciertamente tiene nuestro Sistema Eléctrico Nacional, el objetivo no es sólo afectar este servicio estratégico para el país, sino otros servicios conexos, uno de ellos, el de telecomunicaciones, por donde viaja la transmisión de los datos de los resultados electorales desde las máquinas ubicadas en las diferentes mesas electorales del país hasta el Centro Nacional de Totalización del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Es público, notorio y comunicacional que, en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2.020, una de las razones de la demora en la presentación de los resultados electorales en aquella oportunidad se debió a una acción terrorista de similares características a la ocurrida en el día de ayer, y que demoró la transmisión de los resultados en algunas entidades federales del país.
Aunque estoy seguro que el Presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno deben estar evaluando todo el panorama, seguramente en la ronda de la Mesa de Diálogo en México este punto se llevará a las discusiones, y no me cabe la menor duda de la posición muy firme que la delegación de nuestro gobierno llevará ante este hecho ante los portavoces de los gringos.
De parte del Poder Popular, a las venezolanas, venezolanos, incluso a aquellos opositores y opositoras que nos adversan, pero que aman a Venezuela y que tienen el mismo derecho de los bolivarianos y bolivarianas a vivir acá, los llamo a mantenernos alertas, prevenidos y prevenidas, todas y todos con los ojos bien abiertos y prestos a defender nuestra Patria ante cualquier amenaza que se cierna sobre ella.
En guerra avisada no mueren los soldados, y las soldadas por aquello de la equidad de género. Y si mueren, es por descuidados y descuidadas.
Así que ya saben.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
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