Juan Martorano
A 1.001 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 143 de esta contingencia, y siendo el domingo 11 de diciembre de 2022, hoy voy a referirme a las angustias más grandes que pesan sobre las venezolanas y los venezolanos en estas festividades navideñas y de fin de este año 2022.
Como introducción, es bueno expresar lo siguiente: Un revolucionario que no sea crítico, no es más que un borrego, y en ese sentido, hay que saber diferenciar un ataque en contra del Gobierno Bolivariano de un reproche a la gestión de éste, lo cual es válido. La fidelidad no tiene por qué verse afectada por exigir lo que es justo. Todo lo contrario, pone en movimiento a las mentes estáticas.
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Esta idea es parte de las enseñanzas que Hugo Chávez nos ha legado para la posteridad.
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Quiero hacer mías, aun cuando he leído las opiniones de Andrés Giuseppe y de la profesora y Doctora Pacualina Curcio, sobre el desangramiento económico producto de la manipulación del tipo de cambio como arma de guerra en este conflicto multidimensional y multiforme, las reflexiones de ciudadanos y ciudadanas de a pie, como las de Rehyner Medina de La Pastora, de Oscar Rattia en Amazonas, de Marisol Olmeta en Guarenas, y de los que en estos momentos se preocupan por la situación económica y social del país. En esta navidad y fin de año, muchos mitos se están cayendo, tales como:
1.- El dólar no es una válvula de escape nada para la economía venezolana, cualquiera que sea su apellido, dólar de guerra, paralelo u oficial, siempre esa moneda tiene intrínseca su misión imperialista en detrimento de la libertad y la soberanía de los pueblos. En estos días en las calles, visitando establecimientos, pequeños y medianos emprendimientos, sufren de manera desmedida este incremento, ya que sus proveedores les cobran a la tasa del paralelo, pero nuestras autoridades les exigen que deben cobrar sus precios a tasa del denominado dólar BCV. ¿Quién le pone el «cascabel al gato? ¿Será que alguien cuantifica esas pérdidas producto de este diferencial cambiario? Por una duda que tengo.
2.- Tampoco fue cierto que pagar las utilidades en cuatro partes a las servidoras públicas y servidores públicos era necesario para evitar la corrida del dólar, ya vemos que no fue así, por el contrario, lo que si se devaluó fue el salario de todos y todas que ganamos en bolívares. Con este incremento del dólar pierde todo el mundo, desde nosotros los consumidores hasta los que ofertan sus productos y tienen emprendimientos medianos y pequeños. Acá solo se benefician con esto los grandes capitales.
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3.- La extemporaneidad en la adopción de las medidas hicieron que las utilidades y el salario en estos momentos se vuelva «sal y agua». El salario mínimo, fijado en el mes de marzo en 130 bolívares que equivalía a medio petro en aquel entonces, es decir, unos 30 dólares aproximadamente, es hoy en la relación bolívar-dólar de 9,56 dólares, es decir, se ha depreciado en un 67,13% el mismo.
4.- El cuarto mito que se derrumba en estos tiempos es que tampoco es cierto que inyectando un poco más de 5 mil millones de dólares a la banca pública y privada, en lo que va de año estabilizaría al dólar. Casualmente, cuando uno, como común ciudadano, y en virtud de la obligación de resguardar y proteger salario intentaba comprar dólares por la página del Banco de Venezuela nunca había la posibilidad, ya que la página del BDV los días jueves y viernes siempre tenían dificultad para ingresar al sistema y cuando al fin se lograba entrar no se podía comprar los dólares ¿Quienes los comparaban? ¿Quiénes se hicieron con la mayor parte de esos más de 5.000 millones de dólares?
Pero sobre todo, que el presidente de Datánalisis, Antonio Gil Yepes, salga inmediatamente a aplaudir esta debacle económica justamente en el mes de mayor movilidad económica y social y haga una defensa a ultranza de la política económica de Maduro y Delcy Rodríguez (ya que cabe recordar que la actual vicepresidenta ejecutiva ostenta hoy también el cargo de Ministra del Poder Popular de Finanzas, Banca y Comercio Exterior), que podrían insinuar una alianza antisocialista de sectores dentro del gobierno con el empresariado nacional, pero de ese sector que apoyó y conspiró en contra de Chávez y que lo hicieron y lo hacen en contra de Nicolás Maduro. Cuidado y no le estemos afilando la guillotina a nuestros propios verdugos.
Pero, dentro del contexto geopolítico internacional, además de los acontecimientos que he señalado de la militarización en El Salvador por parte de Nayib Bukele, bajo el argumento del combate a «Las Maras» en ese país. El lawfare a Cristina Fernández De Kirchner en Argentina; el derrocamiento de Pedro Castillo en Perú; las amenazas a Lula Da Silva antes de su toma de posesión en Brasil el próximo 1 de enero (Y que por cierto el Presidente Maduro no podrá asistir ya que Bolsonaro trastocó las relaciones entre su país con Venezuela), se suman los intentos de lawfare del Congreso colombiano en contra del actual mandatario Gustavo Petro, en virtud del anuncio que recientemente este hizo de que líderes sociales detenidos por sus predecesores serán gestores en el actual proceso de paz que mantiene su gobierno con el ELN y otras fuerzas beligerantes en el vecino país. Importante es de destacar que detrás de ese lobby está la revista Semana y el diario El Tiempo de Bogotá, medios a los cuales ya sabemos a qué intereses responden.
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Hago este comentario porque es evidente que la derecha, además de no descansar, está empeñada en cambiar nuevamente la correlación de fuerzas a nivel de gobiernos en lo que ellos consideran su patio trasero, en la América Latinocaribeña. Y ese cambio es utilizando todas las formas de lucha, políticas, legales, no legales, violentas, etc.
En el caso venezolano, no solo se trata de la situación de la devaluación del bolívar producto de la manipulación del tipo de cambio del dólar como bastante lo ha explicado la profesora Pascualina Curcio, Giuseppe y otros analistas económicos. Además de eso se le suma, justamente la situación de la gasolina que afecta a estados como Distrito Capital, Carabobo, Bolívar y Falcón, por lo menos los que para el momento en que escribo estas líneas, tengo conocimiento de que han reportado está situación y que ya comienzan a verse nuevamente las colas de vehículos y conductores en las estaciones de servicio para poder surtirse de combustible.
Todo ello en medio de una Venezuela que pese a sus problemas sociales y económicos, ha logrado, por lo menos desde el año 2020 a la fecha cierta estabilidad en lo político, debido a la derrota de la estrategia del Estado Dual de EEUU ejecutada a través de su ficha Juan Guaidó. Pero es evidente que el enemigo cambia su estrategia, teniendo claro la coyuntura electoral presidencial en nuestro país que se avista en el horizonte.
Y que buscará no escatimar esfuerzos para intentar, si se le dan las condiciones, de lanzar un zarpazo en nuestro país antes de que se cumpla el lapso constitucional, o las condiciones políticas resulten favorables para que el chavismo vuelva a triunfar en las urnas electorales como ha ocurrido en las dos contiendas de ese tipo en los años 2020 y 2021, con las parlamentarias y las regionales y municipales, respectivamente.
Por eso, a poco menos de 20 días para la finalización del año 2022, es decir, tres semanas, ciertamente que en Venezuela a pesar de las dificultades y la coyuntura tendremos navidades felices. Porque nadie nos va a quitar la alegría y el compartir con los de uno, que es lo único que nos queda, así estemos como decimos en Venezuela, pelando y mamando, y aun con lo poco que se tenga, habrá alegría y felicidad. Una navidad más en la que los nuevos junto con los ya tradicionales ricos de Venezuela no les faltará nada en su cena navideña y en la noche vieja, y la mayoría de nosotros, los que nos sentimos proletarios y de la clase explotada, haciendo de tripas corazón, pero con la esperanza de que todo mejorará…
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!