*JUAN MARTORANO
A 979 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 140 de esta contingencia, y siendo el domingo 20 de noviembre de 2022, mientras el mundo se apresta a presenciar el inicio del Campeonato Mundial de Fútbol de Qatar, yo quiero llamar la atención sobre algo extremadamente importante, y que seguramente producto del fútbol, podría pasar por debajo de la mesa.
Las elecciones largamente esperadas de medio período en Estados Unidos, no redujeron el peligro de una guerra nuclear global; en todo caso, lo que hicieron fue aumentar ese peligro. Primero, porque las cuestiones de vida y muerte que enfrenta Estados Unidos y el mundo, a saber, reducir el peligro de una confrontación nuclear en torno del teatro de Ucrania, y la crisis de desintegración del sistema financiero y económico de Occidente, apenas se mencionaron o se discutieron ante el público estadounidense y el público mundial en este período electoral. Y segundo, porque la dinámica de la depresión económica avanza de manera implacable: 1.800 millones de seres humanos se enfrentan al peligro de morir de inanición; 2.000 millones de personas que no tienen agua potable; la mayor parte de Europa se ve sumida en un invierno helado y con escasez de alimentos; la hiperinflación avanza a galope tendido, agravada por las incompetentes políticas “antiinflacionarias” adoptadas por la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra, y otros bancos centrales e instituciones financieras de occidente.
Pero eso es solo la mitad de la historia. Desde Asia y con el movimiento de Países No Alineados en general, se está forjando una nueva arquitectura internacional de seguridad y de desarrollo. Está en camino un cambio épico: las naciones que representan a la gran mayoría de la humanidad están diciendo que la época de los bloques y la geopolítica llegó a su fin; que el colonialismo, el subdesarrollo y la pobreza, nunca más se va a tolerar.
Pero si vamos a evitar la guerra, si vamos a evitar hundirnos en dos bloques geopolíticos desacoplados y en rumbo a un enfrentamiento, entonces hay que descubrir, confirmar y establecer los intereses primordiales de la Humanidad Única como base de esa nueva arquitectura. Los intereses nacionales y regionales no pueden ser parciales, ni estar en guerra unos contra otros, sino que deben coincidir con los intereses de la humanidad en su conjunto. La amenaza de la extinción termonuclear nos ha obligado a tomar esa decisión: O todos prosperamos y nos desarrollamos, mientras enfocamos nuestras preocupaciones en el bienestar del otro; o todos pereceremos por nuestra propia insensatez, y no sobreviviremos para corregir nuestros errores.
Qué tan cerca estamos del borde de la guerra nuclear se puso de manifiesto de manera dramática con los sucesos del 15 y 16 de noviembre, cuando cayó un cohete en territorio polaco. Basándose en el rumor de que Rusia había disparado el cohete, lo cual resultó ser completamente falso, el mundo estuvo a pocos minutos de la activación del equivalente al artículo 5 de la OTAN. Todo el incidente, incluido el papel peligrosamente provocador desempeñado por gran parte de los medios de comunicación occidentales para avivar las llamas, puso de manifiesto lo volátil que es la situación mundial. Sin una nueva arquitectura de seguridad internacional, es sólo cuestión de tiempo que otro incidente de este tipo desencadene una guerra real.
Llama poderosamente la atención el silencio que la mayoría de líderes mundiales tienen sobre este tema. Ahí es en donde hacen falta líderes de la talla de un Fidel Castro Ruz o Hugo Chávez. Quienes inmediatamente hubiesen alzado su voz ante estos acontecimientos. Debemos deliberar sobre estas cuestiones, pero sobre todo tomar acciones concretas que detengan estas amenazas. No podemos contemplar y acudir impávidos al aniquilamiento de la especie humana y de la vida en el planeta en general.
Es urgente restablecer el concepto universal que una “guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”, como expresaron recientemente los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Estados Unidos, Inglaterra, China, Rusia y Francia).
Debemos aportar por una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo, que respete los intereses de seguridad de todos los países y que garantice el derecho al bienestar y desarrollo económico, pero sobre todo humano de todas las personas del planeta.
El Bien Común de la Humanidad en su totalidad debe ser la premisa obligatoria para el bien de todas y de cada una de las naciones.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , [email protected], [email protected] , [email protected] , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.