Revista América Latina

Diario de una Cuarentena: Capítulo Doscientos Setenta y Nueve El impacto de la Covid 19 en la realidad de la juventud trabajadora (IV)

Publicado el 06 noviembre 2021 por Jmartoranoster

Juan Martorano

En esta edición, quiero presentar en una primera parte, las conclusiones de todo el webinar en el que pude participar de los hermanos y hermanas de la Juventud Obrera Católica (JOC) a nivel mundial, esperando con ello generar alternativas y la adopción de caminos de solución para la protección de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad.

La realidad de la pandemia a escala planetaria nos demuestra que a los jóvenes y a las jóvenes esta nueva “normalidad” como algunos la denominan, los han dejado profundamente impactados e impactadas. Esto porque la tasa de desempleo a nivel mundial aumenta constantemente, siendo este sector, el de las jóvenes y los jóvenes los más afectados y las más afectadas.

En general, lo que ya han resultado desfavorecidos, están particularmente afectados por lo siguiente:

1.- Los que tienen un empleo precario corren un mayor riesgo de encontrarse en situaciones aún más precarias.

2.- Las familias que sólo pueden pagar pequeños apartamentos están confinadas en espacios muy reducidos, lo que provoca tensiones.

3.- Los jóvenes que proceden de entornos financieros y educativos menos favorecidos no reciben el apoyo y los recursos que necesitan en sus hogares y se
quedan atrás en la educación.

4.- Las desigualdades regionales se acentúan aún más.

Desempeña un papel importante en la implementación de un sistema de salud y de
protección social. Algunas regiones, como la Amazonia, son particularmente vulnerables. También se amplían las desigualdades entre las ciudades y las zonas rurales, por ejemplo, en lo que respecta al acceso al Internet, así como las desigualdades entre los países.

5.- Las desigualdades de género se acentúan, así como las mayorías étnicas que siempre han estado en desventaja son más vulnerables en esta situación
particular.

En cuanto a los gobiernos, hay algunos que tienen tendencia a utilizar la pandemia para servir a sus propios intereses y aumentar su poder. Vemos casos de control de los medios de comunicación, por ejemplo, para silenciarlos cuando critican el gobierno por los errores en la gestión del Codvid-19.

Casos de brutalidad policial y militar también han sido denunciados, como también la gestión del problema con la violencia hacia a la población sin brindar los medios necesarios para asegurar su seguridad.

La dignidad humana debe estar por encima de todo, por lo que los seres humanos deben estar en el centro de la economía. La aceptación de la dignidad y la vocación dada por Dios a cada persona
(joven) implica inevitablemente que el ser humano debe estar en el centro de toda la actividad económica. Las decisiones no deben basarse en el rendimiento del capital de una sociedad, sino que deben orientarse hacia el valor añadido para las propias personas. Las vidas humanas no deben estar ligadas al dinero. No es el beneficio sino el valor de los seres humanos,
independientemente de su lugar de residencia, origen, género, etc., que debe ser el principio rector de todas nuestras acciones sociales.

Todas las personas deben tener las mismas oportunidades en materia de educación de calidad, igualdad de acceso a los recursos, independientemente de su situación financiera y de su medio social.
¡Queremos igualdad de derechos en todas las situaciones de la vida, de modo que todas las personas tengan las mismas posibilidades y oportunidades! No debería haber ninguna discriminación fundada en el género, el origen de la orientación sexual o ideología política.

El sistema de salud debe tener como único objetivo el mantenimiento de la salud de las personas y no
someterse a la lógica clásica del mercado capitalista. La salud es un derecho humano y no puede ser tratada como una mercancía. El Estado es la organización responsable, en la sociedad, de garantizar ese derecho. El Estado debe exigir la responsabilidad de los grandes empresarios para garantizar la atención médica de todos los trabajadores. Y más que eso, combatir las desigualdades sociales, cobrando un impuesto a las grandes fortunas.

¡Los servicios públicos de interés general están al servicio de la humanidad! Por lo tanto, todo el mundo debe tener libremente acceso a ellos independientemente de su nacionalidad o situación
económica.

Debemos reconocer y valorar de que haya intentos de protección. Por otro lado, estamos enojados por la situación actual, por la falta de reconocimiento y apoyo. Es claramente el resultado de la falta de inversión en los servicios públicos, en los servicios de salud y en las
medidas sociales que aseguran la igualdad.

Todas las vulnerabilidades actuales no provienen únicamente de la crisis, estas fueron engendradas desde hace mucho tiempo por nuestra sociedad y por las decisiones que se tomaron.

Las personas son realmente capaces de ser solidarias, como vemos en la enorme cantidad de iniciativas de apoyo mutuo que han sido implementadas. Sin embargo, esto no representa en absoluto nuestro sistema económico. Por el contrario, nuestro sistema económico no refleja para nada esta imagen, él es cruel y está fundado sobre la idea que los seres humanos buscan
solamente su beneficio. Es ilógico y en ese sentido inhumano.

Necesitamos un mundo económico que represente esta
solidaridad. Nuestro mundo (de trabajo) necesita una red de seguridad para todos. ¡Vemos que es urgente garantizar la supervivencia y la dignidad de todos! Esto significa entre otros que cada uno debe estar protegido, incluyendo los trabajadores independientes e
informales. Los valores de justicia y solidaridad deben estar representados en el sistema.

Para tener un sistema de protección social que funcione, todos deben contribuir a él. Por supuesto, las personas más ricas deben contribuir más para asegurar la seguridad social, una buena infraestructura y la educación para todos. Se trata también de una cuestión de justicia a nivel internacional, sobre todo cuando hablamos de las empresas transnacionales: ellas deberían pagar las cotizaciones a la seguridad social y los impuestos en los países donde ganan dinero, y no
solamente en los países donde se sitúa su sede.

En esta época de crisis mundial en la que casi todos los procesos humanos están interrumpidos, existe la oportunidad de crear nuevos sistemas. Por lo tanto, es el momento de reflexionar sobre nuestras prioridades en diferentes áreas:

1.- En la educación: Es obvio que la conciencia de la gente hoy en día es crucial. Por ejemplo, si la gente no actúa responsablemente en este momento (por ejemplo, usando tapabocas), se perjudica a toda la sociedad. En este sentido, es evidente que necesitamos que la gente sea consciente: nuestra
educación debe transformarse en una educación que garantice esto. Necesitamos una educación que

coloque lo humano en el centro del progreso y que beneficie al conjunto de la sociedad, no una educación que permita a los más ricos de acumular todavía más riquezas.

2.- En el trabajo: constatamos que esta pandemia fortalece las desigualdades ya existentes. Aquellos
que ya estaban desfavorecidos están sufriendo más. La precariedad y la inseguridad a la que están
confrontados muchos trabajadores tienen severas consecuencias para toda la sociedad. Vemos
claramente que es necesario modificar las legislaciones laborales para que estén en favor del
pueblo y de los trabajadores, y no del sistema capitalista. Es necesario aplicar estrictamente los
reglamentos relativos a la higiene y a la seguridad en el trabajo y se deben castigar todas las
infracciones. Es necesario evidentemente que todos los trabajadores se organicen, se asocien y se unan a sindicatos o movimientos que actúen para salvaguardar los derechos humanos y los derechos
de los trabajadores.

3.- El trabajo de cuidado: En esta crisis, vemos más que nunca la importancia de las personas que aseguran prestaciones de ayuda y de cuidados. Este trabajo toma diferentes formas: cuidar de la familia, de otras personas, de los ancianos, de los niños, proporcionar cuidados. El trabajo de limpieza es una forma de cuidado y debe ser valorado porque es importante para todos. Pero la realidad muestra una gran contradicción: aunque estos servicios son tan importantes, no son valorados. Este es el caso de las diferentes formas de trabajo de limpieza (recolectores de basura, empleados domésticos, personal de limpieza de oficinas), así como del trabajo de cuidado no remunerado dentro de las familias. El cuidado de los miembros de la familia o de las personas en general es una tarea frecuente en la sociedad y debe ser valorada y apoyada financieramente. Esta tarea no debería descansar siempre sobre los mismos hombros. Debe haber una justa y equitativa distribución equitativa del empleo remunerado y del trabajo de cuidado entre hombres y mujeres. También vemos malas condiciones de trabajo en el sector de la atención de la salud y en otras áreas de trabajo remunerado de atención. Es necesario cambiar las actitudes y asegurar un sistema que realmente valore todas las formas de trabajo de cuidados. Este reconocimiento, que ahora vemos, por ejemplo, en Ghana hoy en día con respecto a los trabajadores de la salud, no debería ser la excepción sino la regla. Las condiciones de trabajo en el sector de la asistencia sanitaria deberían permitir a las personas vivir y trabajar con dignidad, incluso en “tiempos normales”.

4.- Protección social: Durante esta pandemia, la importancia de un programa concreto de protección
social y de un buen sistema de atención de salud se ha vuelto más evidente. Debemos instaurar un
sistema mundial de salud, de educación y de infraestructura que proteja a cada uno.

5.- La ecología: Vemos que es realmente posible interrumpir lo que siempre hemos considerado
como “normal”. Un joven trabajador de Perú incluso cree: “Creo que esta enfermedad es algo que la
misma madre tierra lo hace para poder limpiarse”. ¿Aprovecharemos esta oportunidad para el ahorro
duradero de nuestra Tierra?

En resumen, necesitamos un modelo económico diferente. Necesitamos protección social para todos.
Ahora que nuestra economía está en recesión, la cuestión es si simplemente de saber si vamos a
continuar como antes o si vamos a aprovechar de esta ocasión para elaborar un enfoque mejor, que respete la dignidad de las personas, garantice la justicia y respete los límites ecológicos. Mientras no estemos en la incapacidad de actuar a causa de la enfermedad o de sus consecuencias, estamos llamados y obligados a defender los intereses de los jóvenes inmersos en las
realidades inciertas y precarias de la vida en todo el mundo.

Ahora, como lo decía Lenin, a los que creemos en un mundo distinto, siempre el serrucho se nos tranca cuando nos planteamos la pregunta: ¿Qué hacer?, y bueno a continuación trataré de dar algunas aproximaciones que nos permitan responder esa inquietante pregunta:

1.- Se necesita una protección social fuerte y solidaria en todo el mundo: Esto implica condiciones de

trabajo dignas para los trabajadores y una red de seguridad para todos. Los reglamentos de salud y seguridad en el trabajo deben aplicarse a toda costa de conformidad con los convenios
de la OIT. Todos deben contribuir a la seguridad social en función de su riqueza y la parte que se exige a las empresas transnacionales debe ser considerable. Es necesario reglamentar a las empresas transnacionales digitales (como Google, Amazon, Facebook, etc.) para que paguen impuestos en los países en que obtienen ingresos, no sólo en los que tienen su sede.

2.- Como recomiendan organismos de las Naciones Unidas como la OMS y la OIT, los países deberían dedicar un porcentaje fijo de su producto interno bruto (PIB) a la protección social. Esta protección social debe ser administrada por organismos gubernamentales y no por empresas privadas, y sus fondos no deben utilizarse con fines de lucro.

Una protección social efectiva debe:

a) Cubrir a todos y todas, incluidos los migrantes y los
trabajadores informales. Se deben tomar medidas
para la formalización de la economía informal sin ninguna criminalización de los trabajadores
informales.

b) Incluir el acceso a los cuidados de salud para todos
brindados por profesionales calificados.

c) Incluir el acceso a infraestructuras como el internet, la electricidad y el agua porque son necesarias para la participación en igualdad de condiciones en el
mundo actual.

d) Incluir un ingreso de seguridad para todos en caso
de desempleo.

e) Incluir una educación de calidad, una igualdad de oportunidades y apoyo para todos en la educación.

f) Proporcionar a los refugiados una alimentación decente y nutritiva como también buenas
condiciones de higiene.

g) Promover soluciones ecológicas durables. Un acuerdo sobre el cambio climático debe ser
implementado y los responsables (como EE.UU.,
China) deben rendir cuentas de sus actos.

Continuará…

Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. http://Www.juanmartorano.blogspot.com , http://www.juanmartorano.wordpress.com , [email protected], [email protected] , [email protected] , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.  [email protected]  @juanmartorano

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