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Diario Disney 34: 'El Jorobado de Notre Dame'

Publicado el 14 julio 2014 por Doctorindy
Diario Disney 34: 'El Jorobado de Notre Dame'
Ya señalé en el anterior Diario que me desconcierta que 'Clásicos' que parecen gustar a todos no estén considerados "de los grandes", y este es el caso más extremo. En mi entorno, tanto real como virtual, solo sé de UNA persona a la que no le gusta esta cinta. El resto no solo la considera buena, si no que la coloca sin dudar entre sus favoritas. Y sin embargo no pasa de la mitad de la tabla en la mayoría de ránkings que se ven por ahí. Bah, no sirve de nada darle vueltas, solo consigo cabrearme. Lo importante es que este 'Clásico', mi favorito de niño, no sale ni a tiros de mi top 5 (cabe aclarar que en mi top 5 ya hay como 7 pelis... debería solucionar ese asunto).
No es que pueda decir que sea perfecta, pero me gusta tanto como las más grandes joyas de su década, e incluso más en según qué aspectos muy concretos. Supongo que es justo decir que estamos ante un film algo irregular y desequilibrado. Al fin y al cabo, es la primera gran película de los noventa en la que se puede afirmar que sobra una escena entera. Me refiero, claro está, a la canción de las Gárgolas. Sobra porque rompe el crescendo dramático de la peli. Sobra porque nos machaca de forma innecesaria cosas que estaban muy claras. Sobra porque no tiene gracia. Y sobra porque... porque es mala. Y ya está. Sí, sí, siempre estamos cebándonos con las Gárgolas, pero su excesiva presencia en la peli es lo que impide que me parezca redonda de verdad. Hay que tratar cuidadosamente a los secundarios cómicos. Timón y Pumba podrían haber desentonado en un drama épico como 'EL REY LEÓN', pero tenían una función necesaria, entidad propia, y lo más importante, sabían cuando retirarse. Aquí, el concepto de chistosos amigos imaginarios de Quasimodo podría haber funcionado en una película tan oscura, dramática y adulta como esta, pero es que no tienen una conexión sólida con los personajes o la historia y están hasta en la sopa, maldita sea. Tenemos a Quasi en una escena preciosa y muy íntima cantando lo que siente por Esmeralda y ellos no dejan de chupar cámara. Mal, joder, mal.
Nunca un punto negativo que, seamos sinceros, en realidad es fácilmente perdonable, había molestado tanto. Porque lo demás, tenga mucho reconocimiento o no, es de lo mejor que ha hecho Disney. Y no porque se atreva a tocar temas profundos y adultos, si no porque lo hace bien, lo hace creíble y auténtico. A lo grande, con épica y grandilocuencia, al más puro estilo Disney. Y ajustándose a una historia sobre las injusticias, el abuso de poder, la hipocresía, la dignidad humana, y sobre el Mal, pero el Mal de verdad, el que existe, el que hace daño a nuestra sociedad. Esto lo representa Frollo, rival directo de Scar como mejor villano de Disney y el personaje que establece el tono y el trasfondo de la película. Un hombre malvado que no sabe que lo es, alguien consumido por un deseo irrefrenable hacia una mujer que representa todo lo que odia y que buscando su salvación espiritual bajará (literalmente) a los Infiernos y arrastrará a París con él. Nada de esto se trata de forma superficial o infantil, si no que se lleva hasta las últimas consecuencias y resulta sumamente apasionante.
Me fascina como todo esto ocurre en tan solo dos días, pues es de esas veces en las que el tiempo transcurrido se siente real, haciendo que la dramática cadena de acontecimientos resulte más grandiosa.
Y todo empieza cuando los tres protagonistas masculinos conocen a LA MUJER. Aaay, Esmeralda... ya he escrito anteriormente todo lo posible sobre como Disney necesitaba crear a la chica más hermosa, sensual y en definitiva irresistible de su filmografía... y lo consigue. Al fin y al cabo, ella los transforma a los tres. Para Quasimodo, uno de los protagonistas más tiernos que ha dado la animación y un fascinante contrapunto al villano, es un ángel que poco a poco lo sacará de su inocencia, siendo ese impresionante momento en el que se desencadena (toma simbolismo) para salvarla de la hoguera el punto culminante de su evolución. Para Frollo, que la ve como un demonio, ya he comentado lo que significa. Y para Febo es... lo que es: una chica preciosa y estupenda por la que vale la pena cambiar de bando. Cada uno ve en ella un reflejo de sí mismo, e incluso el momento en el que la conocen es significativo: Cuando Quasi tiene el primer contacto real con ella parece una aparición, y la iluminación hace que casi se vea un halo celestial. Cuando la conoce Frollo, ella viste de rojo, baila y es provocativa hasta decir basta (ejem). Y Febo la conoce como una gitana normal y corriente ganándose la vida.
Lo cierto es que tanto símbolo no serviría de nada si las relaciones no fuesen sólidas, y afortunadamente sí lo son. La dulce amistad entre Esmeralda y Quasimodo. El inocente amor de él hacia ella. El romance entre ella y Febo, primera relación amorosa de Disney, creo, desarrollada entre dos adultos hechos y derechos, y se nota. La rivalidad convertida en amistad entre el soldado y Quasi. Y por supuesto, la aterradora relación de todos ellos por su cuenta con Frollo. Todo llega al espectador, todo se siente real, natural y tratado de forma adulta.
Hay más virtudes. La escala y dirección de la peli es impresionante, con planos y escenas que dan una sensación de grandeza que deja sin habla. Y es que además el apartado técnico y visual alcanza la perfección, lo afirmo sin dudar. La banda sonora es, atención, la mejor de Alan Menken, e irónicamente no le dieron el Oscar por una razón muy simple: A lo largo de cuatro ceremonias anteriores ya le habían dado ocho entre música y canciones, así que había que cerrar el grifo. Ocasión errónea para hacerlo. Más allá de un espectacular score (¡Esos coros!), destacan la impactante canción de Frollo y la de Esmeralda, de las más emotivas y profundas de Disney, y una maravillosa forma de perfilar al personaje. Esto dejando a un lado la del prólogo, claro. Un magistral arranque que se coloca entre los mejores, si no el mejor, de la productora. Ah, el clímax también es de los mejores.
¿Veis? todo es de lo mejor, así que no solo le perdono sus pequeñas pero molestas imperfecciones, si no que estas hacen que la peli me resulte incluso más fascinante.
Digan lo que digan, un grandísimo 'Clásico', tanto como el trío que se formó entre el 91 y el 94, o casi. Muy infravalorado y de mis favoritos, como indica la longitud del post. Tras este, Disney dejó de hacer pelis épicas, maduras, dramáticas y grandilocuentes, pues ya llevaba tres seguidas y solo la primera fue un verdadero éxito, quedándose la segunda a medias y siendo esta tercera demasiado oscura para causar furor, por muy buenas críticas que recibiese y recaudase una cifra nada desdeñable. ¿Solución? Llamar a Musker y Clements para que desatasen su humor y mala leche como nunca antes.

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