Viernes 15 de agosto de 2014
Ya son varias las veces que me he sorprendido pensando de manera femenina, creo que debo explicarme un poco mejor, si bien durante mi adolescencia me vestí de chica y fantaseaba ocasionalmente en ser una mujer cuando creciera, casi nunca pensaba en mi como una chica, se suponía que yo era un hombre y actuaba como tal, era más que nada por la presión que sentía por parte de mi familia que nunca deje que mi lado dulce saliera.
Pero desde hace algún tiempo viene pasando que tengo algunos amaneramientos, que por suerte no han sido muy notorios, los demás no se han dado cuenta, yo no me di cuenta hasta después de que los hice, un gesto, un giro, una mueca, un contoneo mientras camino. Y no sólo eso sino que además, cuando no ha habido nadie para escucharme, de mi boca han salido palabras como:"estoy cansada" o "ni loca hago eso"
Siempre he procurado escribir sin un usar un género masculino o femenino para referirme a mi, siempre busque la manera de rodear ese aspecto en el que se tiene que indicar que quien escribe es hombre o mujer, cada vez más me atrae la idea de hablar, o mas bien de escribir en femenino, eso me asusta.
Hasta ahora había estado bien con el resultado de aquel test que me ubicaba como androgino y asexual, si ahora resulta que mi identidad de género es femenina no se si tenga el valor de recorrer ese camino, no se si sea capaz de abandonar mi cómoda vida para ir en busca de algo incierto que, podría o no, hacerme feliz.