Hace una semana me dio rabiar comprobar que cuando dejamos la rutina, los días siguen teniendo tan sólo 24 horas. Una semana después, pienso todo lo contrario y en mi cuaderno de deseos he incluido uno más: "Que las cosas que me hacen ilusión y me gusta hacer sean tantas, que mis días siempre se me hagan cortos",
Y es que debe ser muy triste que los días te parezcan eternos sin saber cómo ocuparlos. Como a vosotras, a mí me faltan horas para cumplir con tan sólo una parte de lo que mi cabecita ha planificado.
En estos días he tenido tiempo para tapizar de nuevo mi silla, el anterior tapizado te lo conté aquí. He dejado la tela azul con margaritas y fresas y optado por un estampado geométrico que asemeja pequeños bloques de patchwork.
Con las amigas de mi grupo de costura "Cose y Charla" he quedado una tarde y aunque nuestro proyecto de costura apenas lo he avanzado, la segunda parte de nuestro nombre sí que lo ha hecho.
He tenido pequeños grandes momentos que llenan mi cuarto de costura y mi corazón.
He reído en torno a una mesa con la familia y a la sombra de la morera con los amigos.
Ha habido además tiempo de ir al cine y de adelantar el último encargo, que al fin y al cabo, todo es uno. No me pidas que te adelante más, jeje.
Y es que mis días, como los tuyos, están llenos de ideas y proyectos, de compañía y soledades. Y con rutinas o sin ellas, el día tiene 24 horas, no más.