Revista Cultura y Ocio
Mientras la cola del INEM se va engrosando con 48.000 parados más, por fin, después de muchos meses de vergüenza nacional, el presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, ha dimitido. No de forma natural, sino presionado por su escandalosa gestión como empresario.
Tanto la cúpula de la patronal como el mismo han protagonizado una bochornosa etapa. Etapa en la que se estaba dando una puñalada a los trabajadores a través de la reforma laboral, mientras el ínclito Ferrán denunciaba la debilidad de la reforma y la necesidad de que los trabajadores se apretaran más el cinturón.
Todos ya sabemos la historia. Lo que me sorprende, me sigue sorprendiendo, es la nula capacidad de la cúpula empresarial para "romper" esta situación vergonzosa y vergonzante del máximo representante de los empresarios españoles. Sólo por la presión de meses y más meses han conseguido que dimitiera.
Debería haberse ido trás un "juicio sumarísimo", entiéndase metafóricamente, de los jerarcas de la CEOE, que con su ejemplo dejaban por los suelos a toda un sector: el de los empresarios.
No ha sido suficiente las tropelías cometidas en Air Comet o en el Grupo Marsans, su deuda de 16 millones a la Seguridad Social y un larguísimo etcétera. Han pasado muchos meses hasta que le han obligado a dimitir y convocar elecciones en la Patronal. Las malaslenguas dicen que aún podría presentarse de nuevo.
Mientras esto acontecía, miles de sus trabajadores se quedaban en el paro.
Hoy además de esta noticia de su dimisión, también sabemos que hay 48.000 parados más. Seguro que alguno tiene que ver con el ya ex-presidente de la CEOE.
Como últimamente hago, le pregunto al presidente Zapatero, seguro aún afectado por la derrota de su protegida Jiménez, si tiene un PLAN B para reactivar la economía, en caso de que su programa no surta el efecto deseado.
¿Creen ustedes que alguna vez sabremos si han pensado en una alternativa?