Revista Viajes

Días perfectos en Komodo

Por Flaviaaroundtheworld @FlaviaATW
El Parque Nacional de Komodo es conocido por los grandes reptiles que llevan su nombre: los dragones de Komodo. Pero a mi me interesaban más lo que había debajo de estas islas. Sí, porque en el Parque Nacional de Komodo sería la primera vez que iba a hacer submarinismo en condiciones. ¡Qué emoción!

Dragón de Komodo

Dragón de Komodo

Puede que apuntara muy alto empezando a hacer submarinismo en uno de los mejores lugares del mundo, en Komodo. Hoy os quiero contar mis días perfectos haciendo submarinismo en Komodo, donde supe que la felicidad absoluta existe y no se necesita demasiado para conseguirla.

Contratando las inmersiones

Una de las cosas que tienes que hacer mientras estás en Bajo, es contratar tus inmersiones. Si vas en temporada alta, puede que sea recomendable que tengas todo contratado de antemano, sino puede que tengas que esperar un par de días hasta que encuentras un hueco en el barco que se ajuste a lo que quieras.
Nosotros fuimos sin nada mirado. Únicamente nos guiamos por los consejos de otros españoles que nos encontramos en Borobudur. Eran expertos en esto y nos recomendaron contratar nuestras inmersiones con Wunderpus. Nos contaron maravillas de ellos y de su equipo (que usaron en vez de el que trajeron desde España). Así que fuimos derechitos ahí. Una de las mejores elecciones que hicimos durante el viaje.

Botellas de oxígeno en el Mimic

Botellas de oxígeno en el Mimic

Contratamos una excursión de 2días/1noche a bordo del Mimic, un precioso barco restaurado antes usado para contrabando de petróleo. El precio fue $300/persona incluyendo toda la comida, entradas al parque, 5 inmersiones. A bordo fuimos acompañados por Dolin (nuestro Dive Master), el capitán, el cocinero y una chica que estaba aprendiendo. Al día siguiente a las 8 de la mañana empezaría la aventura

Inmersiones

Sitios en Komodo para bucear hay miles y todos creo que son maravillosos. Es verdad que Komodo no es un lugar perfecto para principiantes como nosotros por las muchas corrientes que tienen. Pero al ser solo dos en las inmersiones y con el mismo nivel se adaptaron muy bien a nuestra experiencia.

Bajo el mar en Komodo

Bajo el mar

Kanawa House Reef

Lo reconozco, estaba nerviosa y emocionada en mi primera inmersión en agua salada. Por eso decidí no meter la GoPro. Pero Kanawa House Reef es un arrecife de coral extraordinario donde tanto submarinistas comos los que solo hacen snorkel pueden disfrutar del lugar. Una primera inmersión excepcional donde vimos un montón de pececillos como el pez león (lionfish), morenas (que no rubias), pez fusilero amarillo (yellowtail fussiler), pez cocodrilo, pez payaso (o nemos), sweetlips y un largo etcétera. Pero a mi lo que me enamoró fue el color de los corales. Sí, bucear entre peces es increíble, pero ver corales de colores tan vivos me enamoró.

Sebayur Kecil

Sin tantos nervios, pero igual de emocionada, nos sumergimos en Sebayur Kecil. Quise llevar la cámara, pero ¡oh sorpresa! estaba sin batería. Así que la dejé cargando.

Preparados para la inmersión

Preparados para la inmersión

Sebayur Kecil me volvió a sorprender con sus jardines de corales. Pero esta vez me sorprendieron por lo llenos de vida que están. 

Seba Besar

Seba Besar fue la última inmersión del día. Vinimos a ver tortugas. Y las encontramos. ¡Vaya si las encontramos!¡Había un montón de tortugas! Muchas descansando de su larga jornada bajo el mar.

Tortuga en Seba Besar en Komodo

Tortuga en Seba Besar

Manta Point

Ver mantas en Komodo es uno de los puntos más destacados. Todos vienen a la caza y captura de las mantas (en el buen sentido). El lugar no tiene absolutamente nada más que un suelo raso, sin coral ni casi peces. Estuvimos una hora de aquí para allá intentando que aparecieran esos monstruos marinos, pero sólo vimos una a algún metro de distancia. Subí a la superficie un poco decepcionada, no te lo voy a negar.

Manta en el Manta Point en Komodo

Manta en el Manta Point

De repente, en cubierta, ya teniendo quitado el equipo, Dolín avistó una manta en la superficie. Cual locos, cogimos unas gafas y nos zambullimos en el agua pataleando a toda velocidad hacia la manta. Y ahí estaba ese alien. Creo que la manta es la criatura más rara que he visto en mi vida.

Batu Bolong

Batu Balong es sin duda EL LUGAR de Komodo. Podría haber hecho ahí las 5 inmersiones que no me hubiera cansado ni un segundo de esa maravilla. Batu Balong es un peñón lleno de vida

Días perfectos en Komodo

Batu Bolong lleno de vida y color

Se puede rodear el islote buceando, meterte entre grietas abiertas y lleno de coloridos colares y millones de peces. Sin duda alguna este es mi lugar preferido de Komodo

Yo en Batu Bolong en Komodo

Yo en Batu Bolong

Es la vez que más profundo bajé, pero no vi el fondo. Luego Dolin nos dijo que se podía bajar hasta los 30 metros. Pero no creo que se viera más vida más abajo. Estoy enamorada de Batu Bolong.

Días perfectos en Komodo

Más corales de Batu Bolong

Tiempo libre

Entre inmersión e inmersión siempre hay tiempo para algo. O bien comer algo delicioso o hacer snorkel o darse una vuelta en kayak (donde vimos infinitas estrellas de mar).

Kayak solitario en Komodo

Kayak solitario

No hay que perderse el bonito atardecer en medio del mar rodeado de islas. Nosotros vimos un atardecer muy bonito cerca de Seba Besar. También observar el cielo estrellado de noche es una experiencia inolvidable en Komodo.

Atardecer en Komodo

Atardecer en Komodo

Dragones de Komodo

Para rematar los dos días navegando por Komodo, fuimos a ver a los dragones a la isla de Ronca (donde hay más que en la propia isla de Komodo). La entrada al parque vale 65.000 Rp por persona más 80.000 Rp el guía (que es obligatorio). Cuando llegamos al parque nacional, el sol pegaba que daba gusto (o no, según se mire). Antes de llegar a la caseta de entrada ya vimos el primer dragón, pero no nos acercamos mucho por si las moscas.

Dragones de Komodo

Una dragoncilla con dos dragones de Komodo

Tuvimos que esperar a la sombra unos 20 minutos hasta que nuestro ranger de 15 años armado con un palo en forma de Y último modelo vino y se dispuso a contarnos las manías de los dragones de Komodo y, como no, empezamos el trekking de unos 45 minutos por el parque. Sí, ese chiquillo armado con un palo era el que, si en un hipotético caso de que un dragón de Komodo de tres metros nos atacase y nos mordiera con su veneno mortal, nos iba a defender.

Vistas desde Rinca de la bahía

Vistas desde Rinca de la bahía

Durante el recorrido bajo el sol abrasador, vimos varios ejemplares, que, muy astutos, se estaban resguardando del sol. Así tan tranquilos no parece que sean más que lagartijas grandes, pero pueden llegar a correr a unos 20km/h. Vimos también una cría correteando entre árboles y casetas y a una hembra un poco más despierta que los machos. Al final del recorrido, llegamos a un alto desde donde las vistas de la bahía eran preciosas. Después de esta experiencia con estos enormes bichos, pusimos rumbo de vuelta a Bajo,

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