Revista Opinión
Hay días áridos como un desierto, secos y yermos en los que nada puede echar raíces entre una arena de infertilidad. Así se encuentra hoy mi inspiración: abrasada por ese viento ardiente que todo lo quema, todo lo destruye, todo lo arrasa. Hasta la imaginación se abotarga en la esterilidad de cualquier esfuerzo, del que sólo consigue pergeñar garabatos que nada expresan y nadie entiende. Hoy es un día inútil en medio de la más absoluta orfandad creativa que también sirve de bagaje para conocer los territorios cognitivos por los que vagamos.