Como era de esperar, la Asamblea Nacional, que nunca vota en contra del régimen, respaldó por unanimidad el borrador final de la nueva Carta Magna.
La Constitución irá el próximo 24 de febrero de 2019 a un referendo en el que los cubanos solo podrán decir Sí o No al texto completo.
"No solo hemos enriquecido nuestra cultura política, nos hemos acercado más a las demandas de nuestra gente", dijo Díaz-Canel en referencia al proceso de tres meses en el que el Proyecto de Constitución fue circulado en una "consulta popular" tutelada por el Partido Comunista.
El régimen asegura que el borrador inicial se modificó en un 60% con las propuestas de los cubanos, pero las premisas que lo sostienen, como el papel del Partido Comunista como la "fuerza política dirigente superior de la sociedad ", la prohibición de la existencia de otros partidos políticos y de una prensa independiente, no han sido tocadas. Tampoco incluye el nuevo texto la posibilidad de que los cubanos voten directamente por el presidente del país.
Según Díaz-Canel, designado por Raúl Castro en abril pasado, la nueva Carta Magna "refuerza la institucionalidad", el "empoderamiento del pueblo en el Gobierno de la nación" y garantiza "mayor inclusión, justicia e igualdad social".
El gobernante insistió en que el proceso constitucional ha sido una "genuina demostración del ejercicio del poder por el pueblo y del marcado carácter participativo y democrático " del sistema político del país.
"Diremos con nuestro voto 'Sí' a la Revolución", agregó.
El texto que irá a referendo vuelve a incluir el término "comunismo" que había sido eliminado en la primera versión, pospone la aprobación del matrimonio gay y mantiene la inclusión del reconocimiento a la propiedad privada y la necesidad de la inversión extranjera, aunque deja claro que Cuba "no volverá jamás" al capitalismo porque "solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena".
La nueva Constitución estará compuesta por 229 artículos, 11 títulos, dos disposiciones especiales, 13 transitorias y dos finales.
Tanto el proyecto inicial como el aprobado este sábado fueron elaborados por una comisión encabezada por Raúl Castro.
Por otra parte, en su discurso Díaz-Canel se quejó de que La Habana sea acusada de causar "los grandes males de la región" y dijo que Washington avanza en un "curso de confrontación ", utilizando un recurso sobreexplotado por el difunto Fidel Castro.
Afirmó que la Administración de Donald Trump ha intensificado el embargo financiero sobre Cuba e intenta "revertir los avances conseguidos en integración y justicia social" en América Latina, así como "destruir los mecanismos de cooperación y concertación" regionales, entre los que citó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).