Juan Carlos Escudier
“Lo de Viajes Marsans es una bomba de relojería lista para hacer saltar por los aires el empleo de 1.500 trabajadores, arruinar las vacaciones de miles de personas y dañar el prestigio de la industria turística nacional, que es vieja pero tiene su hueco en el nuevo modelo productivo de Zapatero. Dicen sus dueños y los sindicatos que el futuro de Marsans está en que llegue alguien y la compre, y hasta el socio del genio de la patronal ha afirmado que él se desharía de su parte por un euro, lo que parece un precio excesivo. Podría ensayarse algo parecido al timo de la estampita, aunque los tontos de capirote son una especie a extinguir.”
Más en “El dominó de Díaz Ferrán”.
Lo del presidente de la CEOE y su brasa sobre la traída y llevada reforma laboral es el más claro exponente de que los ciudadanos de este sistema democrático que nos hemos regalado entre todos tenemos que comulgar con ruedas de molino bastantes más veces de las aconsejables.
Lo explica extraordinariamente bien Isaac Rosa.
“De manera que, si el abaratamiento del despido no va a servir para mucho, ¿por qué insisten? ¿De qué se trata? Pues de abaratar, no ya el despido, sino el trabajo, el valor del trabajador. Las medidas propuestas –la extensión del contrato de 33 días, la inclusión de las ETTs, o esa indemnización portátil que llaman austriaca- conducen a lo mismo: a que en la relación trabajo-capital el valor del primer elemento valga cada vez menos; a que el trabajador vaya de una empresa a otra sin problemas; es decir, que sea intercambiable, prescindible. Flexible, para entendernos.”
No es el despido lo que van a abaratar, sino el valor del trabajo y de quien lo realiza. Todo un golpe de estado al sistema de valores y, probablemente, a la democracia.