En la teoría parece fácil, en la práctica y a estas edades es muy complicado ponerse de acuerdo, compartir y esperar.
Unas parejas funcionaron muy bien desde el principio y otras tardaron más en funcionar, y es que cuando uno comenzaba a dibujar no podía parar.Hugo y Dennys fueron una de las parejas que trabajaron muy bien juntos y disfrutaron de la actividad desde el principio.
Mientras los observaba me di cuenta de que el tema del rotulador ya lo dominaban y habíamos pasado de los conflictos iniciales a compartir con mayor o menor agrado. Pero ¿ y si ponemos pintura que tanto les gusta y un sólo pincel?. Les propuse si querían pintar su monstruo y todos gritaron que sí. Tenían que elegir un color por pareja, aunque esto no fue difícil puesto que ahora están en la fase rosa o azul y no dio pie a polémica entre ellos. El problema surgió cuando les daba el pincel ¿quién empieza?....
Hubo parejas que funcionaron estupendamente tanto con rotulador como con pincel y supieron gestionar los conflictos y esperar.
A algunas parejas les resultó más complicado, y es que la pintura es muy apetecible
y en cuanto empiezan a pintar no pueden parar.
Los miembros de la pareja más dominantes tenían que controlar sus impulsos y ceder al
compañero el pincel un periodo de tiempo razonable. Los otros tenían que pedir de forma educada
su derecho a pintar trabajando así la asertividad.
Para ser la primera vez que hacemos una actividad de este tipo no ha estado mal, aunque la seño ha tenido que intervenir más de lo que le hubiera gustado. En próximas sesiones iremos avanzando y complicando un poquito más.