Durante el embarazo es muy probable que le encontremos un nuevo significado y hasta una nueva valoración a cosas que antes no registrábamos. Porque no todo es tan literal como las definiciones formales indican, es un buen momento para empezar a llamar a las cosas con nuestro nombre:
- Evatest: Dos rayitas que marcan un antes y un después en nuestras vidas.
- Siesta: Ese evento fantástico del que te estas despidiendo por los próximos 10 años.
- Antojo: Derecho de la futura madre de conventir al padre en un mayordomo de lujo y exigirle frambuesas a las cuatro de la mañana.
- Obstetra: Señor con delantal blanco y muchísima paciencia que responde infinitas dudas y es nuestro “dealer” de ordenes para hacer ecografías.
- Elefante: Animal con el que debemos tener algún parentesco ya que nuestros tobillos son idénticos.
- Ansiedad: Estado constante que sólo se calma comiendo.
- Locura: Pretender subir solo nueve kilos durante el embarazo.
- Supermercado: Lugar para hacer uso y abuso de la prioridad de embarazadas en la caja.
- Porotito: Forma universal y próximamente científica de llamar a tu bebe hasta que tengas el nombre decidido.
- Ecografía: Momento de comer alfajores y tomar Coca Cola para que se vea si es poroto o porota.
- Curso de preparto: Oportunidad de aprender a respirar (cosa que hasta ese momento yo estaba convencida de saber hacer).
- Contracciones: Dolor que te hace insultar a tu marido y jurar no tener mas hijos. Promesa que rapidamente se olvida dos horas después del parto cuando nuestro bebé está con nosotras.
- Anestesista: El hombre más amado que viene a rescatarnos del dolor y parece no llegar nunca.
- Estrías: Enemigas femeninas que nos daran derecho a futuro de meterles culpa a nuestros hijos cuando nos quieran mandar a un geriátrico.
- Rodillas: Esa parte del cuerpo a la que no creíamos tan resistente hasta que le cargamos veinte kilos de mas.
- Pataditas: Movimiento del bebé que todos quieren sentir, pero tu hijo sólo lo va a hacer cuando no tenes a nadie para que lo sienta.
- Panza: Parte de tu cuerpo que rapidamente pasa a ser de todos los que te tocan porque “trae suerte”.