Revista Literatura
“Basta con saber lo que queremos. Y lo que queremos precisamente es no inclinarnos jamás ante el sable, no dar jamás razón a la fuerza que no se pone al servicio del espíritu. Cierto que es una tarea que no tiene fin. Pero aquí estamos nosotros para continuarla. Creo que los hombres jamás han dejado de avanzar en el conocimiento reflexivo de su propio destino. No hemos superado nuestra condición, y, sin embargo, la conocemos mejor. Nuestra tarea de hombres es encontrar las escasas fórmulas que apacigüen la angustia infinita de las almas libres. Tenemos que remediar lo que está desgarrado, tenemos que hacer la justicia imaginable en un mundo tan evidentemente injusto, hacer la felicidad significativa para pueblos envenenados con la desgracia del siglo. Permanezcamos firmes en el espíritu, incluso si la fuerza toma para seducirnos el rostro de una idea o de la comodidad. Ante la enormidad de la partida trabada, no debe olvidarse en todo caso la fuerza de carácter. Es ella la que, en el invierno del mundo, preparará el fruto.”