
GOTAS DE OPINIÓNDICE EL TÍO SAM: 37 POR AHORAQuienes todavía creen que 37 funcionarios y políticos sancionados por una instancia internacional es poca cosa, tienen escaso sentido de la realidad. Dichos indiciados, indignos, por supuesto, han pasado a formar parte de una lista negra en varios países del mundo; los más desarrollados y los de mayor influencia en el planeta. Hasta hace unos días el número de sancionados era de 15. Recientemente, otros 22 han sido señalados y acusados de hechos ilícitos de diferente índole. Uno, el más copetudo, gordo y poderoso entre ellos, fue colocado en una lista especial exclusiva para dictadores, violadores de los Derechos Humanos y narcotraficantes.Cuando tales sanciones fueron anunciadas por el Tío Sam, la gente ingenua, que todavía abunda, pensó que los indiciados activarían las instancias existentes para defenderse, como es lo usual en dichos casos. Pero los caraduras, en vez de hacer lo que correspondía para refutar legalmente las acusaciones, lo que han hecho es ofender y descalificar a quienes los sentaron en el banquillo de los execrados. De éstos sólo se escucha un chillido prolongado, como si se tratara de un camión cargado de marranos. ¿Comparación acertada?Es lógico que si se reúsan a defenderse institucional y jurisdiccionalmente, tanto fuera del país como dentro, en pocos días podrían ser declarados reos internacionales. Esto supone que también serían incorporados a la lista roja de Interpol. Es obvio que tal estatus es el que aspira el pueblo para los sancionados; porque en el ejercicio de un poder totalitario, signado por la corrupción y otros delitos, incluyendo algunos de lesa humanidad, es mucho el daño que le han hecho a la nación.

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Vale puntualizar que entre los sancionados por el Tío Sam, unos cuantos de ellos contribuyeron a la desaparición de más de MEDIO BILLÓN DE DÓLARES. Desfalco éste que hoy se expresa en hechos tangibles como la ruina del país, el hambre que afecta a más de la mitad de la población y, en general, en la miseria que es palpable a lo largo y ancho del territorio nacional.Los sancionados saben que de las consecuencias ulteriores que les espera, jamás se podrán escapar. Por eso lucen aterrados, con el culipánico permanentemente activado. Si tuvieran un mínimo de consciencia humana, algunos de ellos hasta se habrían suicidado, pero ni siquiera lo han intentado. A ellos les importa poco o nada el sufrimiento del pueblo. Al contrario, en el marco del arrinconamiento en el que se encuentran, lo que hacen, desesperadamente, es esconderse tras las pocas trincheras dictatoriales que les quedan. ¡Es probable que pronto veamos el desenlace final!Antonio Urdaneta Aguirre @UrdanetaAguirre
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