¿Dicen que la heterosexualidad se cura?

Me he quedado muerto: mi vecino de enfrente, que me han dicho que es heterosexual. Qué penita más grande, con lo que el chico prometía: buen hijo, notas brillantes, simpático, inteligente, trabajador… ¡buena persona, parecía! Apenas pude coger el sueño anoche: tengo muchas preguntas sobre ese mundo desconocido, fascinante, morboso. Algo me dice que procure conocerles, a ver si es posible redimirles, salvarles, que se produzca en estos enfermos el milagro de la curación. Y he de intentarlo, sí, porque me siento un mesías, llamado a curar, a librar al mundo de la terrible amenaza macha, de la plaga hetero.

Que conste que yo, desde luego, no soy un heterófobo de esos. Porque, a ver, yo tengo amigos heterosexuales; por lo tanto, nadie nunca puede decir de mí que les haya faltado a esos, a esos… seres. Pero es que no sé cómo pueden… bueno, eso, joroba… que incluso decirlo me cuesta. Porque yo soy normal.

Vamos a ver… ¿el heterosexual nace así, o es por vicio? Desde luego, la mayoría de médicos coinciden en que se trata de una enfermedad; los psiquiatras más solventes aseguran, incluso, que es una patología mental. Los curas llegan a decir que es pecado, y eso que conozco unos pocos que parecen heteros (sueltan una de martillos…). Sí, pero, ¿es algo desafortunadamente congénito? O sea, ¿como mi tía Frasquita, que nació sin el meñique izquierdo? Claro, es que… si se trata de esto (sí, me da el pálpito de que es asín), ya no es que sean unos inmorales… ya es que podrían… no sé… ¿ser tratados? Qué sé yo, o internados en algún centro apropiado para quitarles… eso, lo que sea, como sea. En última instancia, para que no sufran se les puede castrar químicamente… Sí… con tal que no sufran… al fin y al cabo, por fuera parecen personas.

Si son heterosexuales por vicio, ya es más difícil y jodido… uf, pintan bastos. En estos casos, igual conviene confinarlos en alguna… no sé… cárcel y tal… algún campo de internamiento de esos… sí, parece tal vez lo más procedente. Pero, desde luego, yo es que no sé cómo pueden ser tan… tan… monstruosos. La otra tarde iba por Callao y, a la vista de todo dios, un chico y una chica dándose un asqueroso beso con lengua. ¡Qué vergüenza! ¿Y esto es la democracia? Desde luego, qué faltita haría…. Me callaré, porque luego dicen que si esto, que si lo otro. Pero confieso que no me faltan ganas… Más mano dura hace falta en este país de permisivos, de consentidores, de enfermos, aberrantes y desordenados morales. ¡Palo y tentetieso!

Claro, porque pecado… pecado tiene que ser si es vicio eso, la heterosexualidad. Pero estoy seguro de que si la Iglesia calla es porque entre ellos mismos tiene que haber mucho tomateo vicioso hetero. Es que no me cabe la menor duda.

Y, ¡encima!, este gobierno les ha permitido casarse entre ellos: heterosexual con heterosexuala. ¡Qué asco, por Dios bendito! ¡Se está perdiendo todo! ¡Quieren acabar con la familia homoparental de toda la vida!

No hay derecho.

Algo hay que hacer.

Repito: yo no soy heterófobo. Yo tengo amigos heteros, y me llevo muy bien con ellos, porque me hacen mucha gracia: son los bufones perfectos. Sobre todo cuando les veo del brazo o de la mano de su… -qué asquito- remedo de pareja. Yo disimulo todo lo que puedo, y más, porque de todo menos que me llamen sexista y heterófobo, que ahora se lleva mucho eso.

Medidas drásticas no, ¿eh? Que estamos en un país civilizado. Pero algo habría que hacer, porque si no todos nos vamos a…. ¡contagiar! Que seguro que ese… ese… ese horror se pega. Habrá que… curarles a todos.

NOTA DEL AUTOR: ¿Grotesco? ¿Caricaturesco? Trasládelo el lector a lo que muchos homófobos piensan de las personas homosexuales. Oigan determinadas opiniones; vean, sí, al burro dando vueltas a la noria. Más de lo mismo. Qué sitio.

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